Las supersticiones, son creencias que los individuos
se han hecho, como parte de su destino después de realizar una “acción”, que
debido a la ideología del pueblo se cree de mala fé. He aquí algunas de
las supersticiones más conocidas del mundo, ya que estas supersticiones pasan
de generación en generación, de cultura en cultura, de nación a nación...etc.
Algunas supersticiones ya se han modificado depende de la cultura en que se
esté o simplemente ha desaparecido.
Colocar flores en las tumbas
Muchas son las culturas que honran la memoria de sus difuntos
realizando ofrendas de flores y éstas tienen cierto simbolismo en este acto.
En la actualidad, se
adornan las sepulturas con flores como muestra de afecto, pero la intención
original no era otra que la de proporcionar algo vivo con el fin de dar
felicidad. La corona circular, colocada sobre la tumba o la puerta principal
del cementerio, encerraba simbólicamente el espíritu y le impedía volver.
Todo parece indicar que el origen de dicha costumbre se remonta a
la antigüedad, en la que los muertos eran puestos a exposición de todos durante
varios días, con el propósito de ser velados y pedir por sus almas.
Por aquel entonces no existían las avanzadas técnicas de
embalsamiento y las que habían no estaban al alcance de todo el mundo, por lo
que, los cuerpos (que solían estar expuestos a la intemperie), se descomponían
y desprendían un desagradable olor, sobre todo en época de calor. Para
enmascarar ese hedor, se quemaba incienso y se cubría al fallecido con todo tipo
de flores, lo cual aromatizaba el ambiente y hacía más agradable el acto de
velar al difunto.
Usadas para
enmascarar el mal olor de los cuerpos putrefactos o para atraer a los buenos
espíritus, las flores están presentes en los ritos funerarios desde tiempos
prehistóricos, según indican las muestras de polen recogidas junto a
fósiles humanos. Asimismo, también se
han hallado restos de guirnaldas florales en la tumba de Tutankhamon, que murió
en el año 1346 antes de Cristo, y en sepulturas danesas y escocesas de la edad
del bronce, hace entre 2.500 y 4.000 años.
Con el
transcurrir de los años, la costumbre de llevar flores a los muertos perduró y
se afianzó, no solo durante el tiempo de velatorio y entierro, sino que también
en días específicos, como el 2 de noviembre.
Tirar de las orejas como felicitación
Posiblemente la
mayoría de vosotros habréis sido víctimas de esos tirones de oreja el día de
vuestro cumpleaños… un tirón por cada uno cumplido.
En la antigüedad, los
orientales sentían una gran devoción hacía las orejas y estaban convencidos que
cuanto más largos fuesen los pabellones auditivos mayor sería el grado de
sabiduría del que los poseía.
Observaban que sus
ancianos eran hombres y mujeres sabios y que las orejas de éstos se iban
haciendo más largas con el transcurrir de los años.
La mayoría de los
expertos se ponen de acuerdo a la hora de apuntar que esta tradición se origina
en el propósito de desear a la persona que cumplía años una larga vida llena de
saber. Estirando de sus lóbulos creían que las orejas se harían más largar y,
por lo tanto, esa persona sería más sabia.
Lao-Tsé está
considerado por la cultura china como uno de los hombres más sabios,
representándolo en todas las ilustraciones y monumentos con unas largas orejas.
Según algunos escritos, éstas medían alrededor de 17 centímetros
La oreja es objeto de numerosos simbolismos entre las civilizaciones
orientales y africanas: representa desde la inteligencia cósmica del mito hindú
de Vaishvánara, hasta la sexualidad para las tribus dogon y bambara, de Malí.
Curiosamente, entre los chinos, las orejas largas son signo de sabiduría e
inmortalidad.
Muy probablemente, nosotros hemos heredado de alguna forma esta
costumbre supersticiosa. Tirando de las orejas, manifestamos el deseo de que la
persona felicitada tenga larga vida y adquiera cada vez mayor sabiduría.




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