Trastornos
en la vida cotidiana
En general, por suerte,
convivimos con nuestras supersticiones lo mejor que podemos. "Pareciera
que los hombres funcionáramos con un doble pensamiento racional y los restos de
un pensamiento primitivo mágico-animista, en el cual las cosas tienen vida
propia o intencionalidad", explica el licenciado Enrique Novelli,
Superstición o la cábala nos crean la ilusión de que se puede lograr el éxito o
evitar la mala suerte. Por eso, Novelli las define como parte de un afán
controlador; un intento de influir en la realidad y apropiarse de ella.
No
obstante, el psicoanalista advierte que en lugar de protegernos pueden derivar
en una profecía del autocumplimiento. "Al faltar a un ritual, uno entra en
un estado de tensión y espera que algo le suceda. Puede llegar incluso a hacer
que algo le pase para confirmar su teoría".
Para
la licenciada Cristina Benchetrit, psicóloga y directora de Espacio Olazábal,
existen dos tipos de supersticiones: las que nos complican en lo cotidiano y
las que no. "Cuando ocupan mucho espacio en tu vida, te limitan y dejás de
hacer cosas, estamos frente a un problema, posiblemente una obsesión",
señala.
Si
bien la experta no habla de "personalidades supersticiosas", reconoce
que quienes tienen fobias suelen recurrir con más frecuencia a ciertos rituales
para enfrentar sus miedos. "Se crean muletillas, que en la jerga llamamos
objetos contrafóbicos", explica Benchetrit.
Levantarse con el pie derecho
La tradición dice que, para que el día no se tuerza, hay que apoyar en
primer lugar el pie derecho. La respuesta a esta costumbre podría hallarse en
el mundo de los pescadores. Durante el siglo XIX, ningún pescador en su sano
juicio subía a bordo por babor, es decir, el costado izquierdo del barco,
aunque resultara incómodo hacerlo por estribor. Parece ser que la superstición
nace de la noción de que cualquier cosa zurda era antinatural una idea que se
basa en que la mayoría de los seres humanos son diestros.
Por regla general, todo k que se refiere a la derecha es calificado de
favorable por los supersticiosos, quizás alentados por la tradición bíblica,
que dice que la derecha corresponde al camino del Paraíso y es la posición en
la que están sentados los elegidos por Dios.
La izquierda representa el reverso de la moneda. Los romanos, por
ejemplo, hacían presagios observando el vuelo de los pájaros: los que lo hacían
hacia este lado eran de mal agüero. De hecho, en latín, izquierda se dice
sinester, que dio origen al adjetivo siniestro.
Los que utilizan la mano izquierda, o siniestros eran personas
anormales, las cuales podían tener pactos con el demonio o haber sido
engendradas por el mismo. De por sí, si la palabra siniestro significa que no
usa la mano derecha y se suele llamar siniestro todavía a las personas o hechos
malignos. Por todo ello, el lado
izquierdo siempre ha quedado como el secundario, también porque según la
Biblia, Jesús está a la derecha del padre y pondrá a su derecha a todos los
justos y a la izquierda a los que no hayan ganado la gloria.
La gente que se caracteriza por usar la izquierda
es vista como torpe, salvaje y poco digna de fiarse de ella, así que así surgió
dicho refrán. "Juan se
levantó con el pie izquierdo" (amaneció de malas pulgas / ha tenido mala
suerte hoy) También hay otros dichos como: "Para
resolver esta situación hay que emplear mano izquierda" (resolverla con
frialdad y dureza) "María
nació con dos pies izquierdos" (Es super torpe para el baile). "Parece que hiciste el trabajo
con la izquierda" (hiciste un desastre).
Hasta hace muy poco los maestros y padres
reprendían a los niños "siniestros" obligándolos a aprender a usar la
mano derecha y creándoles traumas psicológicos y de personalidad.
Bien, ahora ya sabes por qué aconsejan levantarse con el pie derecho, para que pases un día agradable, sin tropiezos y te vaya bien. Sin embargo nada de ello está comprobado y todavía pertenece al campo de las creencias, como lo del gato ***** que se cruza en tu camino.
Bien, ahora ya sabes por qué aconsejan levantarse con el pie derecho, para que pases un día agradable, sin tropiezos y te vaya bien. Sin embargo nada de ello está comprobado y todavía pertenece al campo de las creencias, como lo del gato ***** que se cruza en tu camino.
Ya Petronio aludía en el "Satiricón" a la mala suerte de
entrar en un lugar con el pie izquierdo. En Europa puede tener su origen en la
tradición celta y en el movimiento solar, siempre hacia la derecha. El efecto
negativo se elimina al santiguarse tres veces.
Tocar madera
Durante muchos siglo antes del cristianismo, lo pueblos célticos de
Europa rendían culto a los árboles por considerarlos los templo de la santidad
y la principal presentación de los dioses era la Tierra. El árbol servía
como medio para enviar la dolencia, o el mal a la tierra. También se recurría a
este vegetal s la mala suerte visitaba a m hombre bajo la forma de demonios o
si iba a librarse una batalla. En estos y otros casos el sacerdote druida
celebraba una serie de ritos y ensalmos en las llamadas enramadas sagradas,
lugares que equivalía a las modernas iglesias.
Hay, además, quien dice que las supersticiones referentes a la madera
también nacen del material con el que está hecha la cruz de Jesús Resultado de
estas creencias es nuestra costumbre de tocar madera como signo di la buena
suerte, ya que ésta atrapa al espíritu maligno lo hace caer a tierra.
El origen de la misma es en realidad incierto, aunque la mayoría
de historiadores apuntan a dos posibles motivos, a los que se les atribuye el
porqué y la razón de esta costumbre, relacionándola por un lado con la madera
de la cruz en la
que fue crucificado Jesucristo, ya que le atribuían un poder mágico.
Tocar la madera de la cruz era antaño un símbolo de protección frente a todo
tipo de males y por otra parte a las cualidades del roble y la mitología que
hay en torno a él, que se remonta a más de 2.000 años antes del nacimiento de
Cristo.
El roble era considerado un árbol de culto y muchas eran las
ofrendas y rituales que se hacían en torno a él. En la antigüedad estaban en el
convencimiento de que las vetas de esa madera eran las moradas en las que se
ocultaba el genio del Fuego y de la Vitalidad,
divinidad a la que se invocaba para pedir el éxito. Al observar que el roble
era alcanzado frecuentemente por el rayo, supusieron que era la morada
algún Dios.
La unión de ambas creencias (cruz de Jesús y el roble como
morada de los dioses) ha hecho con el tiempo que, para un gran número de
personas, el hecho/gesto de tocar o decir “toco madera” sea un símbolo para ahuyentar malos
presagios y encomendarse a la buena suerte.
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