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lunes, 2 de diciembre de 2013

Las supersticiones que se volvieron tradiciones en el transcurrir de los siglos… Las supersticiones nuestras de cada día… (2ª Parte)...


Trastornos en la vida cotidiana

En general, por suerte, convivimos con nuestras supersticiones lo mejor que podemos. "Pareciera que los hombres funcionáramos con un doble pensamiento racional y los restos de un pensamiento primitivo mágico-animista, en el cual las cosas tienen vida propia o intencionalidad", explica el licenciado Enrique Novelli, Superstición o la cábala nos crean la ilusión de que se puede lograr el éxito o evitar la mala suerte. Por eso, Novelli las define como parte de un afán controlador; un intento de influir en la realidad y apropiarse de ella.
No obstante, el psicoanalista advierte que en lugar de protegernos pueden derivar en una profecía del autocumplimiento. "Al faltar a un ritual, uno entra en un estado de tensión y espera que algo le suceda. Puede llegar incluso a hacer que algo le pase para confirmar su teoría".
Para la licenciada Cristina Benchetrit, psicóloga y directora de Espacio Olazábal, existen dos tipos de supersticiones: las que nos complican en lo cotidiano y las que no. "Cuando ocupan mucho espacio en tu vida, te limitan y dejás de hacer cosas, estamos frente a un problema, posiblemente una obsesión", señala.
Si bien la experta no habla de "personalidades supersticiosas", reconoce que quienes tienen fobias suelen recurrir con más frecuencia a ciertos rituales para enfrentar sus miedos. "Se crean muletillas, que en la jerga llamamos objetos contrafóbicos", explica Benchetrit.

Levantarse con el pie derecho

La tradición dice que, para que el día no se tuerza, hay que apoyar en primer lugar el pie derecho. La respuesta a esta costumbre podría hallarse en el mundo de los pescadores. Durante el siglo XIX, ningún pescador en su sano juicio subía a bordo por babor, es decir, el costado izquierdo del barco, aunque resultara incómodo hacerlo por estribor. Parece ser que la superstición nace de la noción de que cualquier cosa zurda era antinatural una idea que se basa en que la mayoría de los seres humanos son diestros.
Por regla general, todo k que se refiere a la derecha es calificado de favorable por los supersticiosos, quizás alentados por la tradición bíblica, que dice que la derecha corresponde al camino del Paraíso y es la posición en la que están sentados los elegidos por Dios.
La izquierda representa el reverso de la moneda. Los romanos, por ejemplo, hacían presagios observando el vuelo de los pájaros: los que lo hacían hacia este lado eran de mal agüero. De hecho, en latín, izquierda se dice sinester, que dio origen al adjetivo siniestro.
Los que utilizan la mano izquierda, o siniestros eran personas anormales, las cuales podían tener pactos con el demonio o haber sido engendradas por el mismo. De por sí, si la palabra siniestro significa que no usa la mano derecha y se suele llamar siniestro todavía a las personas o hechos malignos. Por todo ello, el lado izquierdo siempre ha quedado como el secundario, también porque según la Biblia, Jesús está a la derecha del padre y pondrá a su derecha a todos los justos y a la izquierda a los que no hayan ganado la gloria. 

La gente que se caracteriza por usar la izquierda es vista como torpe, salvaje y poco digna de fiarse de ella, así que así surgió dicho refrán. "Juan se levantó con el pie izquierdo" (amaneció de malas pulgas / ha tenido mala suerte hoy) También hay otros dichos como: "Para resolver esta situación hay que emplear mano izquierda" (resolverla con frialdad y dureza) "María nació con dos pies izquierdos" (Es super torpe para el baile). "Parece que hiciste el trabajo con la izquierda" (hiciste un desastre). 
Hasta hace muy poco los maestros y padres reprendían a los niños "siniestros" obligándolos a aprender a usar la mano derecha y creándoles traumas psicológicos y de personalidad. 
Bien, ahora ya sabes por qué aconsejan levantarse con el pie derecho, para que pases un día agradable, sin tropiezos y te vaya bien. Sin embargo nada de ello está comprobado y todavía pertenece al campo de las creencias, como lo del gato ***** que se cruza en tu camino.
Ya Petronio aludía en el "Satiricón" a la mala suerte de entrar en un lugar con el pie izquierdo. En Europa puede tener su origen en la tradición celta y en el movimiento solar, siempre hacia la derecha. El efecto negativo se elimina al santiguarse tres veces.

Tocar madera

Durante muchos siglo antes del cristianismo, lo pueblos célticos de Europa rendían culto a los árboles por considerarlos los templo de la santidad y la principal  presentación de los dioses era la Tierra. El árbol servía como medio para enviar la dolencia, o el mal a la tierra. También se recurría a este vegetal s la mala suerte visitaba a m hombre bajo la forma de demonios o si iba a librarse una batalla. En estos y otros casos el sacerdote druida celebraba una serie de ritos y ensalmos en las llamadas enramadas sagradas, lugares que equivalía a las modernas iglesias.

Hay, además, quien dice que las supersticiones referentes a la madera también nacen del material con el que está hecha la cruz de Jesús Resultado de estas creencias es nuestra costumbre de tocar madera como signo di la buena suerte, ya que ésta atrapa al espíritu maligno  lo hace caer a tierra.

El origen de la misma es en realidad incierto, aunque la mayoría de historiadores apuntan a dos posibles motivos, a los que se les atribuye el porqué y la razón de esta costumbre, relacionándola por un lado con la madera de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo, ya que le atribuían un poder mágico. Tocar la madera de la cruz era antaño un símbolo de protección frente a todo tipo de males y por otra parte a las cualidades del roble y la mitología que hay en torno a él, que se remonta a más de 2.000 años antes del nacimiento de Cristo.
El roble era considerado un árbol de culto y muchas eran las ofrendas y rituales que se hacían en torno a él. En la antigüedad estaban en el convencimiento de que las vetas de esa madera eran las moradas en las que se ocultaba el genio del Fuego y de la Vitalidad, divinidad a la que se invocaba para pedir el éxito. Al observar que el roble era alcanzado frecuentemente por el rayo, supusieron que era la morada algún Dios.
La unión de ambas creencias (cruz de Jesús y el roble como morada de los dioses) ha hecho con el tiempo que, para un gran número de personas, el hecho/gesto de tocar o decir “toco madera” sea un símbolo para ahuyentar malos presagios y encomendarse a la buena suerte.


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