Organizada por el creador y referente de la fiesta, Ernesto Ochoa, chicos y jóvenes con capacidades diferentes y de escuelas de Primaria y Secundaria compartieron cuatro horas a pura música y baile.
“Todo el año, semana a semana, mes a mes los chicos me preguntan ¿cuando es la fiesta Turco?”, comentó hace unos días Ernesto Ochoa en conferencia de prensa anunciando la concreción de la novena edición de la Fiesta diferente o de la integración. En ella aflora lo más lindo del ser humano, la igualdad y el trato de par a par, más allá de las diferencias físicas, intelectuales o sensoriales que puedan tener chicos y grandes. La fiesta de la Integración se ha convertido en una gran necesidad, en un bálsamo en medio de tanta mediocridad de algunos sectores de la sociedad, encarnados en varios medios de comunicación nacionales, donde no se muestran otras cosas que miserias, insultos, agresiones y burlas. En medio de tanto dolor por las muertes de hombres y mujeres de bien, trabajadores, de niños, de mujeres maltratadas, en tragedias particulares o masivas, como los choques de trenes, explosiones de edificios o accidentes de tránsito.
La fiesta diferente que se hace cada año en Yamó, tal como sucedió ayer con la novena edición, congregó a chicos de Primaria y Secundaria, de distintos establecimientos educativos, a jóvenes y adultos que acuden a instituciones como el Centro de Día, los talleres protegidos de Coronel Suárez y Pueblo Santa María; y la Escuela Especial N° 501. A adultos y a adultos mayores, allegados y familiares de muchos chicos que no suelen tener un espacio donde ir a divertirse como lo hace cualquier adolescente o joven a un cumpleaños de 15 o a un bar.
Hubo momentos de malabares con un grupo de chicos especialistas en este arte, que asombraron a todos los presentes. Estuvo presente la presidente del Consejo Escolar, Susana Previsdomini, quien se mezcló entre la multitud para bailar y compartir con los chicos.
Ayer entre las 13:30 y las 17:00 explotó de gente Yamó. Música, sana diversión, baile y bebidas que pudieron tomar los asistentes gracias a la donación de la distribuidora local de Pepsi. Vale destacar también la generosidad de ‘Rolo’ Taboada que cada año brinda las extraordinarias instalaciones de Yamó para que los chicos se puedan divertir en esta fiesta.
También la fiesta es apoyada desde la Dirección de Deportes y desde el Instituto Cultural municipal, además por supuesto del Área de Discapacidad.
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