Municipalidad de Coronel Suarez

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Cooperativa Electrica

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sábado, 21 de septiembre de 2013

Una vez más ha transcurrido la tradicional “Kerb von der Drittkonie” (Con frío pero con el calor humano de siempre)

Con todo lo que ello implica: fervor religioso, programaciones culturales, acontecimientos artísticos, deportivos, etc. Todo aunado por una sola unción: festejar “Die Kerb”. Con las mismas premisas que le dieron nuestros ancestros y que pueblo Santa María recordó como ayer, como siempre. Aunque el día no acompañó, la comunidad le puso su “calor” al afamado festejo…


Por mucho tiempo, la “Fiesta Patronal” o “KERB” ha constituido el principal motivo de unión y celebración para los pueblos alemanes, basándose en la tradición de sus antepasados que llevaron esta fiesta a su máximo esplendor, dada la importancia de la misma en sus vidas. En ella confluyen dos aspectos que resultan inseparables  para estas comunidades: FE y VIDA...
Basada en la veneración del Santa Patrona o protectora de la comunidad (“Santa María”, en el caso de la Colonia Tres), la “Kerb” constituye una ocasión propicia para encuentros sociales en los que las familias y amigos se reúnen en torno a la mesa para compartir el ir y venir de la historia de cada uno. Es en esta fecha en la que el pueblo estrecha vínculos y se une más que nunca convirtiéndose la Fiesta Patronal o KERB en la celebración del encuentro, la alegría, la unidad y la alabanza a Dios. La Kerb constituye hoy un precioso legado de quienes nos precedieron... 


Los pilares fundamentales de un pueblo...

Lograr la construcción de un pueblo con las características que anhelaban nuestros antepasados, requería un gran esfuerzo humano y también intervención divina. Sin embargo, ellos contaban con los valores y principios necesarios para poner los fundamentos de su comunidad, un pueblo fuerte, pujante, con un futuro esperanzador, pleno en crecimiento y progreso. Sus pilares fundamentales de Fe en Dios, amor a la Familia y Educación, espíritu de lucha y progreso, y unidad y solidaridad, les permitieron afrontar la vida y sus dificultades con entereza y crecer como personas y como comunidad... Asimismo, supieron transmitir de generación en generación sus costumbres y valores, que componen hoy el inmenso patrimonio cultural de nuestros pueblos...


Testimonios antiguos peculiares

*Die Kerb o sea la fiesta patronal de la iglesia se celebra aún hoy en día en las colonias alemanas del Volga. Unos abuela/os describen sus sentimientos en esos días:

*La llegada “von die Kerb” me colmaba de un manso entusiasmo. La sentía acercarse en el correr de los días y era como si estuviese a punto de acceder a un descubrimiento. Pensándolo bien, jamás ocurría nada nuevo, pero el acontecimiento tal vez estuviese justamente en esa expectativa, en la posibilidad no concretada de un cambio casi milagroso, en esa fiebre que me ponía en el corazón y en las venas una impaciencia feliz. Así había sido siempre. Las vísperas de Kerb solían haber grandes movimientos en la casa: se preparaba la comida para esos días en que se llenaba la casa de parientes. Nosotros disfrutábamos de aquel clima febril, ayudábamos en lo que podíamos.

*Otra recordaba “die Kerb” en el Volga, en relación con la figura protectora de la “Grossmutter” "Sólo esas abuelas de ayer daban a las fiestas un toque tan especial. Un mes antes ya estaba haciendo sus bollitos y yo, junto a ella, pelando ciruelas para el licor casero, un típico dulce de su Alemania natal. Éramos pobres, pero había alegría, había amor y todo ello nos hacía olvidar  la pobreza.

*Encuentro la justificación en la nostalgia, la tradición y el amor que el inmigrante siente por su tierra lejana, pero tan cercana aquí en el corazón. Por eso, la fiesta de “Kerb” mantienen, también en este país, el espíritu de unidad familiar y son motivo de intercambio de visitas. Finalizando, diría que el espíritu común es el deseo de buenas buenaventuras y el sentimiento compartido de la creencia en Dios, Nuestro Señor".

*Detzel evoca una “Kerb” de las de antes: "En Kerb la gente parecía distinta. No como ahora. Todos estaban alegres, salían a la calle y saludaban contentos. Había que pararse en todas las casas y saludar. Hasta los  que vivían en otras colonias venían a festejaban la “Kerb”. Invariablemente recuerdo que me tocaba hacer el licor, unos días previos... “No es como la del Volga, pero tampoco está mal” decía mi padre siempre después de probarla”.


*Una escena semejante narra Becker, quien recuerda cómo sus padres, agasajaban a sus parientes de otras colonias, algunas venidas de colonias lejanas, estos venían siempre unos días antes, y también amigos de otras nacionalidades.


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