Sorprende a foráneos
encontrar en ese rincón de la pampa un núcleo de rubios paisanos que preparan
todavía sus alimentos tradicionales observando como un ritual ancestral el
preparar las variadas y ricas comidas. Entonces a la hora de comer, para
agasajar a los parientes y amigos las mesas de las cocinas se cubrían con
suculentas tajadas de pan casero, uno o dos platos de entrada principal,
fillsen, etc. etc. etc…
La Iglesia de Santa María en los años 50
Es probable que este
fenómeno de las comidas agridulces no sorprenda demasiado si se tiene en cuenta
que en la Colonia Tres de Coronel Suárez se asientan, desde 1887, unos
empecinados colonos alemanes del Volga, rubios de ojos celestes y mofletes
colorados, que se animaron con los dilatados predios de la pampa. A pesar de
que su influencia se fue amenguando con el correr de los años, la impronta
dejada por los primitivos alemanes del Volga se ha conservado en parte;
costumbres como las comidas, sus fiestas y sobre todo sus tradicionales
"Kerb", que asombra todavía a los más desprevenidos visitantes…
La Estatua de la Virgen María en su antiguo esplendor, se ven al fondo las antiguas casas que poblaban en aquel entonceses la Avenida 11 de Mayo
Como otrora, allá lejos, en los albores de su fundación,
la comunidad de Santa María volverá a cristalizar durante este fin de semana,
la celebración máxima que distingue a todo pueblo de descendientes de alemanes
del Volga. Exhibiendo en su realización la calidad humana de su gente y el
cariño hacia las tradiciones que los ancestros nos legaron. Conservando intacta
la llama de la fe: antorcha incólume que guía cada festejo de Kerb e ilumina al
pueblo con su gracia divina…
Los primeros inmigrantes alemanes del Volga que
colonizaron las tierras vírgenes en donde se yergue actualmente la entrañable
Santa María, repitieron similar historia que la desarrollada por los fundadores
de las otras colonias alemanas: emplazaron una cruz de madera en el sitio en
donde hoy está erigida la iglesia, frente a la cual los colonos se reunían a
elevar sus plegarias a Dios...
Después de terminar sus casitas de adobe se pusieron a
erigir la iglesia de madera Hasta el año 1898, en que se construye la iglesia. Recién
en esos momentos se decide derivar la capilla de madera, que fue utilizada
hasta ese día, siguiendo la tradición ancestral que aconsejaba que no debieran
dejar pasar una sola jornada sin asistir a misa…
La tradicional Cruz
La celebración de la misa del domingo y fiestas de
guardar como asimismo los grandes acontecimientos religiosos que tuvieran que
ver con la historia de las colonias, siempre eran considerados por nuestros
abuelos como el “día de la asamblea”, oportunidad en que al igual que los
antiguos cristianos hacían memoria del misterio pascual del Señor. Y es así
como siguiendo esta sabia premisa, cuando no había sacerdote que oficiara la
Eucaristía, se reunían bajo la protección de la Santa Cruz para orar y cantar
salmos y escuchar la Palabra de Dios que hombres muy dignos, elegidos con
enorme celo, leían imbuidos de profunda solemnidad…
Estas ceremonias consagradas a adorar la Palabra de Dios
siempre tuvieron una trascendencia fundamental en la historia de los alemanes
del Volga. Tan importante que en el Concilio Vaticano II, el Obispo Jorge
Kemerer (alemán del Volga), recomendó realizar las celebraciones de la Palabra
de Dios porque son parte de una necesidad pastoral, no solo en aquellas
regiones de misión sino también en aquellas regiones en donde los cristianos
viven en diáspora o donde ha disminuido el número de sacerdotes, citando a modo
de ejemplo el modelo de nuestros ancestros cuando no había sacerdotes…
Como acontece año a año, las autoridades y entidades de
la localidad elaboraron un extenso programa de actos, tratando de reflejar el
quehacer institucional, social y cultural de la colonia.
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