Escribimos, probablemente más anómalo que nunca. Pero más
sinceros. Escribimos desde lo más hondo. Con temblor y también con esperanza…
Te pedimos perdón por la osadía. Pero tenemos que pedirte
tantas cosas, que no sabemos por dónde empezar. Son tantas todavía las coronas
de espinas. Nadie llora lágrimas de sangre porque tenemos “de plomo el cráneo”
y el corazón de piedra. ¿Qué te podemos decir que Tú no sepas?...
A ti te dieron a beber vinagre en tu sed. En estos
tiempos atormentados y doloridos quedan gentes que brindan con champagne o con
whisky, porque empujaron a otros a la derrota. No cuentan contigo y no se
enteran de que te basta descolgar tu brazo del madero para salvarnos. Que no
son los tirados los vencidos, sino los que tiran…
Tienes que ayudarnos a todos porque de otra forma no
podríamos resistir la avalancha de odios de los mercaderes que nos venden y nos
explotan. No podríamos resistir nuestra propia miseria humana. Te lo dijo mejor
aquel poeta negro: “Quisiera llorar hasta quedarme ciego por causa de esta vida
que, apenas levantada, ya se hunde”…
Pero tenemos tu ejemplo y sobre todo tu palabra y tu
promesa. Y eso es lo que nos ayuda a arrastrar estas cadenas que unos nos
ponemos a los otros, estos lanzazos que nos tiramos.
Nuestras oraciones no se diferencian de las de nadie. Va
en el orden que Tú nos indicaste…
Si estás ahí arriba, en esa Cruz eterna, es por los que
sufren, por los torturados, por los pobres y los vencidos, por los
humillados... Sí, perdona. Y por los que hacen sufrir, los que torturan, los
que se creen triunfadores, Y por los que humillan a los demás. ¡Por todos!...
Y termino con palabras de un poeta bantú: “A Ti, gran
Cazador, cazador de almas, que haces un hato de amigos y enemigos, todos
cubiertos y abrigados por tu manto”. En las Pascuas, con dolor, y siempre
¡siempre!, con esperanza.
Héctor Maier Schwerdt
1 comentario:
BENDECIDAS PASCUAS para vos y familia,mi respetado amigo! Abrazo cordial desde Córdoba y gracias por esta hermosa nota!
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