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domingo, 24 de febrero de 2013

Educación e idioma entre los alemanes del Volga… (4ª y última parte) Cómo aprendían los colonos… por Leandro Hildt*


                                                                          Jakob Riffel,
En el libro “Los alemanes de Rusia” de Jakob Riffel, el autor pone algunos ejemplos de cosas que los alemanes no conocían cuando salieron de su país y a las que debieron ponerle un nombre. A la bicicleta la llamaron “Tretwage” (en la Colonia 2 lo llaman schtrampelwagen) que literalmente significa carro para pedalear y una locomotora fue nombrada “Feuerwagen” carro de fuego. El avión es “Luftschiff”, barco volador.
En Rusia el grupo no sufrió mucha influencia del idioma local, aproximadamente 80 palabras fueron las que incorporaron a sus dialectos. Sin embargo en Argentina, donde la comunidad no se desarrolló tan aisladamente como en Rusia, fue necesaria la implementación del castellano para interactuar con las personas locales. No solamente con la incorporación de palabras sueltas sino a la formación de oraciones completas para expresarse.
Muchas personas se hicieron mayores viviendo en Argentina y sin embargo nunca aprendieron a hablar en castellano. Estas personas consideraban que no era necesario aprender, pues entre ellos se entendían perfectamente en alemán.

De la misma manera, la mayoría de las personas que vivieron en las orillas del Volga, nunca aprendieron a hablar en ruso. Por suerte el gobierno insistió con que los niños en edad escolar hablen, lean y escriban el idioma nacional. Goethe dice: “Cada provincia ama su dialecto, pues en verdad es el elemento del cual el alma saca su aliento”.
Y el alemán del Volga tiene un fuerte apego por su dialecto. Es una de las partes más íntimas de la persona. El sonido le resulta agradable y en ningún otro idioma uno puede expresarse con tanta claridad como con el idioma materno. Con una sola palabra se puede expresar mucho, mientras que para lo mismo, hacen falta frases muy largas en otros idiomas.
El maestro Fritz
Friedrich “Fritz” Knochenhauer nació el 23 de febrero de 1883 en Alemania. Llegó a la Argentina en 1912 para ocupar el cargo de maestro en aldea Santa Celia, departamento Gualeguaychú. Dictó clases en alemán y en castellano.
Los relatos de personas que estuvieron en su clase y familiares de alumnos de este maestro, no lo favorecen mucho.
                                                    Friedrich “Fritz” Knochenhauer
Es descrito como una persona violenta y autoritaria. En general todos los maestros alemanes eran muy estrictos. Fritz se había fanatizado con el régimen nazi y demostraba cierto odio hacia los alemanes de Rusia. La gente de la aldea lo comparaba por su aspecto con Adolfo Hitler, inclusive llevaba un bigote igual al del Führer.

Los alumnos respetaban mucho a “Fritz”, pero en realidad lo que sentían era miedo. Sobre su escritorio o empuñándola siempre, tenía una delgada vara para golpear contra la mesa, el pizarrón o algún niño al que le costaba aprender.
Una ex alumna, me relató que en una oportunidad pretendía que un chico pronunciara correctamente la palabra “rueda” pero al niño le salía decir “róida”. Tantas veces le gritó y exigió al decir correctamente la palabra hasta que en un ataque de ira tomó al pequeño de su brazo, lo arrojó al suelo, apoyo un pie sobre el cuerpo y lo golpeó con la vara muchas veces, a la vez que lo insultaba.
Otro fue el caso de un alumno que recibió un golpe tan fuerte en la frente que le produjo una lastimadura y tuvo que volver a su casa antes de finalizar la clase. Los padres jamás se quejaron del maltrato que recibían los niños en las clases de Knochenhauer ni en las de ningún otro maestro. Es sabido que algunos padres les daban instrucciones de pegar a sus hijos para que aprendan.
Los primeros años de clases en aldea Santa Celia, se daban en el templo, se colocaba un pizarrón a mitad de la Iglesia de manera que el altar quedaba atrás y otro pizarrón del lado donde estaba la puerta. Entre los dos pizarrones se enseñaba. Algunos años Fritz llegó a tener más de cincuenta niños en sus clases. Irónicamente el apellido alemán Knochenhauer en su traducción literal al castellano significa “Picador de huesos”.
                                                                             Leandro Hildt*

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