Lo que sigue son apuntes
sobre la vida intelectual de los inmigrantes alemanes provenientes
de la lejana Rusia, quienes al afincarse en tierra entrerriana debieron
adecuarse al nuevo entorno socio-cultural…
Gentileza de Jorgelina Fischer
Cuando los alemanes llegaron a Rusia y
lograron establecerse, luego de fundar las aldeas a orillas del Volga, debieron
hacerse cargo del sistema educativo, pues el gobierno ruso estuvo siempre
ausente en este aspecto...
Alrededor del 80% de la población era
analfabeta. La instrucción primaria no estaba al alcance de todos y era un tema
menor para la Corona rusa. Alemania sin embargo era uno de los países más
avanzados en educación...
Las dos prioridades en Rusia fueron
establecer Iglesias y fundar escuelas para un crecimiento armonioso de todas
las áreas de la vida y no solamente el económico...
El sistema educativo en el Volga fue
sostenido siempre por los colonos, el gobierno jamás aportó nada…
En la primera generación de pobladores
alemanes en Rusia, el puesto de maestro fue cubierto por quienes contaban con
algún título o preparación traído de Alemania. Muchas personas habían pasado
por las escuelas de enseñanza superior...
Ellos se esforzaban por transmitir sus
conocimientos y tratar de formar algunos maestros para las futuras
generaciones. Pronto, los maestros y personas preparadas fueron escasos y los
pastores y sacerdotes debieron ocuparse de la educación por ser los más
instruidos de la comunidad…
Pero los clérigos ya estaban superados
de trabajo, no les quedaba mucho tiempo para ocuparse también de la enseñanza.
Por lo tanto esa tarea fue derivada al “sacristán” que con el pasar del tiempo
fue conocido como “lehrer” (maestro) y más adelante, maestro de escuela,
“schulmeister”...
Estas personas eran responsables de
muchas actividades en la aldea. Eran maestros, dirigían el coro de la iglesia,
hacían los registros de nacimientos y fallecidos, cobraban las cuotas para el
mantenimiento del culto y mucho más...
En Argentina la educación de los
inmigrantes también estuvo relacionada con la Iglesia, ya que no había escuelas
y generalmente se construía una habitación contigua al templo donde se
impartían las clases, o se hacía en la misma Iglesia...
Con el correr de los años fueron
construyendo edificios independientes de la Iglesia para la educación. Los
maestros atendían a todos los grados a la vez, medio día en castellano y la
otra mitad de la jornada en alemán…
Los sábados se impartía enseñanza
religiosa. En el caso de los evangélicos debían aprender de memoria el
catecismo de Lutero, los diez mandamientos, el Credo, el Padrenuestro, muchos
versículos bíblicos y los himnos que se cantaban en los cultos. Todos en una
misma aula y con un solo pizarrón…
Los hijos de los colonos sabían hablar
solo en dialecto alemán, por lo tanto el mayor problema eran las clases en
castellano. Las lecciones en castellano muchas veces eran aprendidas de memoria
sin entender una sola palabra de lo que decían. La instrucción en alemán era
más fácil, ya que se basaba fundamentalmente en la lectura y escritura…
También se aprendía geografía, historia
y literatura alemana. Algunos maestros prohibían hablar en alemán en los
recreos y se castigaba a quienes no cumplían. Los alumnos asistían a clase con
una especie de pizarra muy fina enmarcada en madera, y un lápiz cuya escritura
era similar a la tiza y fácil de borrar. Un cuaderno de caligrafía y otro de
lectura. La “mochila” era una bolsa que cocían las madres con bolsas de
arpillera que se podía colgar del cuello…
La disciplina era muy severa y era
común recibir azotes ante un error en la tarea. Las escuelas eran privadas y el
sueldo del maestro era pagado por los padres de los alumnos. A la vez el
programa de enseñanza lo determinaba el gobierno provincial y cada tanto había
inspectores que hacían visitas…
(Continuará)
Leandro Hildt
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