No deja de ser curioso como las
atrocidades cometidas por el régimen comunista de la Unión Soviética resultan
por lo general púdicamente barridas bajo la alfombra por la enorme mayoría de los
medios masivos de difusión. Sin embargo, aunque hayan sido pocos los
sobrevivientes, entre ellos figura nada menos que el Premio Nobel de Literatura
(1970) Alexander Solyenitzin...
También es bastante sorprendente cómo
este hombre, luego de haber sido premiado, glorificado y ensalzado en Occidente
por revelar la verdad sobre el régimen soviético, haya sido — y casi con la
misma energía — injuriado, difamado y escarnecido cuando se dedicó a revelar la
verdad sobre el régimen capitalista. Probablemente a los seres humanos no nos
gusta tener que oír la verdad. Mayor mérito les cabe, pues, a quienes, aún a
pesar de ello, se atreven a proclamarla.
Los Primeros Años.
Alexander Solyenitzin nació un 11 de
Diciembre de 1918 en la localidad de Kislovodsk, Rusia. Su padre que se había
dedicado a estudios filológicos no completó su carrera ya que se alistó como
voluntario cuando estalló la guerra de 1914, sirvió como oficial de artillería
en el frente alemán, combatió durante toda la guerra y falleció en el verano de
1918, seis meses antes de que naciera su hijo Alexander.
El niño fue criado por su madre que
trabajaba de taquimecanógrafa en la localidad de Rostow, sobre el Don. Allí
Solyenitzin pasó toda su infancia y su juventud, egresando del colegio
secundario en 1936. Ya de niño, sin ninguna incitación por parte de alguien, quiso
ser un escritor y ya a temprana edad escribió una buena cantidad de obras
primerizas.
Durante la década de los años 30 del
Siglo XX trató de publicar sus escritos pero no consiguió hallar nadie
dispuesto a aceptarlos. Quiso también adquirir una educación literaria pero eso
no era posible en Rostow y un traslado a Moscú resultaba igual de imposible, en
parte porque la madre se hallaba sola y con la salud quebrantada, en parte
porque el proyecto se hallaba más allá de sus modestos recursos económicos.
Consecuentemente, se inscribió en la
Universidad de Rostow para estudiar en el Departamento de Matemáticas dónde
descubrió que tenía considerable talento para las ciencias exactas. Pero, si
bien le resultó fácil dominar la materia, sintió que no deseaba dedicarle toda
su vida. Con todo, ese conocimiento le resultaría muy beneficioso en al menos
dos momentos dramáticos de su vida a tal punto que, gracias al mismo,
conseguiría escapar de la muerte.
Más tarde, entre 1939 y 1941,
paralelamente a sus estudios de física y matemáticas, estudió literatura por
correspondencia en el Instituto de Historia, Filosofía y Literatura de
Moscú.
Guerra y Prisión.
En 1941, poco antes del estallido de la
guerra entre Rusia y Alemania, se graduó como físico y matemático en la
Universidad de Rostow. Al principio del conflicto, debido a su endeble salud,
fue destinado a servir de conductor de vehículos con tracción a sangre durante
el invierno de 1941/42.
Más tarde, por sus conocimientos de
matemática, fue transferido a una escuela de artillería de la cual, después de
un curso relámpago, egresó en Noviembre de 1942.
Inmediatamente después se le confirió el comando de una compañía de artillería y sirvió en dicho puesto hasta que fue arrestado en Febrero de 1945.
Inmediatamente después se le confirió el comando de una compañía de artillería y sirvió en dicho puesto hasta que fue arrestado en Febrero de 1945.
Fue arrestado porque, en la
correspondencia del período 1944/45 con un amigo de su época escolar, la
censura encontró algunas observaciones irrespetuosas sobre Stalin.
Como una “prueba” suplementaria a
la acusación, se utilizaron borradores de historias y anotaciones que se
encontraron entre sus pertenencias. Las “pruebas”, sin embargo, no eran
suficientes para un “juicio” en regla y, por consiguiente, en Julio de 1945, de
acuerdo con un procedimiento entonces muy en boga, en virtud de la resolución
de un comité especial de la NKVD, fue “sentenciado”, en ausencia, a ocho años
de confinamiento en un campo de prisioneros.
Lo verdaderamente dramático del caso es
que, por aquellos tiempos en Rusia, una sentencia así era considerada leve.
Allí comenzó su largo y terrible peregrinar por lo que luego sería el título de
su obra más conocida: el "Archipiélago Gulag".
La palabra "GULAG" en
realidad, es un acrónimo. Viene del ruso "Glavnoye Upravleniye
Ispravitelno-trudovykh Lagerey", significando "Directorio Supremo de
Campos Correccionales de Trabajo" y se refiere al conjunto de campos de
concentración que el servicio de seguridad política soviético (sucesivamente
denominado como Cheka, OGPU, NKVD MGB/MVD y finalmente KGB) tenía diseminados
en forma de "archipiélago" por todo el territorio de la URSS.
Los campos de concentración.
Solyenitzin cumplió la primera parte de su condena en “campos correccionales de trabajo” de varias clases. En 1946, como matemático, fue transferido a un grupo de investigación científica del Ministerio de Asuntos Internos y el Ministerio de Seguridad del Estado. Pasó el período medio de su condena en esa clase de “empresas fantasma” o sharashkas de las que surgiría luego el entorno de su El Primer Círculo. En 1950 fue enviado a los recientemente establecidos “campos especiales” destinados exclusivamente a prisioneros políticos.
En uno de ellos, ubicado en el pueblo
de Ekibastuz en Khazakistán, trabajó como minero, como albañil y como
metalúrgico. De aquí nació su libro Un día en la vida de Iván Denisovich, pero
aquí también contrajo un tumor canceroso que fue extraído más tarde, aunque no
definitivamente curado. Un mes después de haber cumplido la totalidad de la
condena de ocho años, sin ningún tipo de juicio adicional, sin siquiera otra
resolución del Ministerio, tan sólo en virtud de una decisión administrativa,
en lugar de ser puesto en libertad, resultó exiliado de por vida a Kok-Kerek en
el Sur de Kazakistán.
La medida no estaba dirigida
especialmente contra su persona. Simplemente era lo acostumbrado en aquella
época y en la Unión Soviética. El exilio duró desde Marzo de 1953 (el año de la
muerte de Stalin) hasta Junio de 1956. Durante el mismo, el tumor evolucionó
rápidamente y, hacia fines de 1953, Solyenitzin se encontró muy cerca de la
muerte. Ya no podía comer, ni dormir, y el tumor le producía graves desórdenes
orgánicos. Sin embargo, consiguió ser trasladado a Tashkent dónde, durante
1954, se sometió a un tratamiento exitoso. De esta época es su El Pabellón de
Cáncer...
(Continuará)
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