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martes, 12 de junio de 2012

Lamentaciones de un alemán del Volga desterrado de su aldea natal... Por Adán Weber (+)


El poema que se transcribe traducido en la forma más fiel posible al castellano, fue escrito en alemán por mi único tío materno, el “Schulmeister” Alexander Welsch, presumiblemente en oportunidad de la cruel deportación de los años 1929/1930 (yo por entonces tenía 7 años de edad) al ser arrestado por los bolcheviques y luego condenado a cinco años de trabajo forzados en los confines de Siberia

Ante todo debo destacar, como dato curioso, que dicha composición fue escrita expresamente para mi madre –la única de la familia Welsch que había emigrado a la Argentina- eso es, en letras alemanas de imprenta, pues ella, aunque no sabía escribir una sola palabra ni leer lo manuscrito, sabía sin embargo, leer alemán si estaba escrito con letras góticas de imprenta (no así cuando era con letras latinas) y lo hacía con una fluidez asombrosa lo cual había aprendido gracias a su fuerte dedicación desde niña al culto de la fe cristiana.

Mi tío había nacido el 9 de diciembre de 1878 como único hijo varón de la familia, en la aldea Alt Weimar (Staraja Iwanzowka, en ruso), ubicada en el extremo sur de la Wiesenseite del río Wolga y era casado con Ana Wetzler de la misma aldea.

Fue “Schulmeister” de su aldea natal, un cargo muy importante y delicado al que sólo podían acceder personas de intachable conducta, buena instrucción, y estrechamente familiarizadas con la práctica de los actos religiosos ya que en casos de ausencia circunstancial del Pastor, el “Schulmeister” tenía que reemplazarlo en buena parte de sus funciones pastorales.

Indudablemente fueron todas estas actividades de mi tío la “figura del delito” que determinó su despiadada condenación de cuya liberación jamás tuvimos noticias como tampoco de su muerte.

Pues bien, como queda dicho, de toda mi parentela materna fue mi madre, Amalia Welsch, nacida el 9 de junio de 1883 en la aldea Alt Weimar, la única que emigró a la Argentina, ya casada con mi padre, Federico Weber, nacido el 14 de junio de 1876, igualmente en Alt Weimar, y su pequeña hija, Amalia Weber, de apenas dos años de edad (3/8/1904), con destino directo a la zona rural de Gral. Ramírez, en Distrito Isletas, del Departamento Diamante, provincia de Entre Ríos, donde al cabo de cincuenta y ocho días de viaje arribaron el 14 de noviembre de 1906, justo cuando la recolección de la cosecha fina estaba en puerta lo que de inmediato le proporcionó a mi padre el primer trabajo en nuestro país, naturalmente como simple obrero rural... pero del Volga había que irse!


POEMA

Por qué aquí, yo habré nacido,
por qué aquí, al mundo tuve que llegar?
mi vida se truncó, y todo he perdido
mis bienes y dinero, que llegué a ganar!

Mi hogar, mi solar, todo me quitaron
de mi esposa e hijos, me fueron a sacar,
y además de esto, a mi me llevaron
con presos en la cárcel, como delincuente estar.

De mi suelo nativo, me han expulsado
oh suelo querido, que me haces doler!
Una carta a los míos, yo les he mandado
sabe Dios, si nos volveremos a ver!

Este calvario empero, lo soporto paciente
aunque el corazón mío, se me va a quebrar.
En mi corazón los llevo, a todos para siempre
pues jamás nunca, los podré olvidar.

Por cierto que no merezco, ni juicio ni pena
no obstante como delincuente, me fueron a culpar.
El veredicto fue duro, y cruel la condena:
a la SIBERIA horrible, allá debo marchar!
Adiós! compañera, mi esposa querida
que con lágrimas en los ojos, a mi lado estás.
Que Dios nos conceda, para que en esta vida
algún día, nos podamos reencontrar!

Adiós! ustedes, mis hijos queridos
que también a mi corazón, lo hacer partir
del lado de ustedes, me han arrancado
cuán grande oh Dios, es mi sufrir”!

Un saludo a mi padre, oh pobre anciano
un beso a mi madre, con todo pesar.
No puedes retenerme, vos mi hermano.
Allá con mi hermana, quisiera estar!

SIBERIA te temo, me haces presentir
que pronto la muerte, la puedo encontrar.
Cinco años son muchos, de condena a cumplir.
Oh Dios misericordioso, no me vayas a abandonar!

Más cuando mi tormento, se haya terminado
y tal vez a mi tumba me irán a buscar,
en el epitafio de la misma, encontrarán estampado:
aquí yace, quien en esta vida, les supo amar!


Para mi madre quedaron atrás para siempre sus padres, su hermano, sus cuatro hermanas y los hijos de todos ellos, ignorándose lamentablemente, adónde irían a parar con el tiempo sus respectivas descendencias.
De ahí que por las dudas, porque el mundo es redondo y sigue girando, estimo conveniente consignar algunos datos personales de los familiares más cercanos de mi madre que quedaron atrás cuando ella emigró a la Argentina en 1906, a saber: sus padres, Andreas Welsch, nacido el 16 de junio de 1841, en la aldea Schäfer; y Katharina Elisabeth Bollyert (o algo así, pues ese apellido nunca lo he visto escrito en ninguna parte), nacida el 20 de abril de 1841 en la aldea Reinhardt; sus hermanas: 1) Katharina Elisabeth (Petye), nacida el 12 de junio de 1865 y casada con David Schön, de la aldea Neu Weimar; 2) Sophie (Sofi), nacida el 29 de julio de 1867, y casada con Georg Heinrich Franck, de la aldea Alt Galka; 39 Elena (Lehne), nacida el 24 de enero de 1871 y casada con Alexander (Sasche) Weissheim, de la aldea Alt Galka; y 4) María Elisabeth (Milbeth), nacida el 12 de diciembre de 1875 y casada con David Graf, de la aldea Neu Weimar.
Después de la implantación en 1917 del bolchevismo en Rusia, quedaron paulatinamente más distanciadas las noticias de esos familiares para finalmente quedar cortadas para siempre.


Desolación, frío y martirio debieron soportar miles de alemanes del Volga desterrados a Siberia

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