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lunes, 4 de junio de 2012

Historia de Vida de un hombre de mundo por el mundo…

 Mi amigo Gerardo Ullmann, Denis Kristof y un servidor en su visita a la redacción del suplemento "Unsere Kolonien"

No llevo ninguna bandera, no soy la voz de ninguna organización política o económica, ni por los derechos humanos. Lo hago por mis ganas de conocer los confines de un continente donde milenarias culturas indígenas se mezclan con la tradición europea. Donde blancos, negros, mulatos e indios conviven bajo un mismo cielo, donde la geografía muta del desierto a la selva tropical o las elevadas montañas. Donde en algunos lugares el calor derrite el asfalto que en otros es cubierto por la nieve...

Mi nombre es Dennis R. Kristof  y nací en Frankfurt/Main en Hessen en medio de la guerra en el año 1942...


Al nacer mi padre tuvo que ir al frente ruso, donde pasó dos años conviviendo con los alemanes de Rusia hasta que se vino la hecatombe en Stalingrado y lo tomaron prisionero, lo enviaron a Siberia donde corrió la misma suerte que los alemanes de Rusia. Recién fue liberado en el año 1955 (1). Por ello su sensibilidad para los alemanes del Volga…  

                           Su padre, junto a niños alemanes de Rusia en tiempos de la 2ª Guerra Mundial

Mientras  nosotros en Alemania fue un tiempo de reconstrucción, yo recuerdo a mi hermano varón mayor y  a mi mamá que coleccionábamos ladrillos porque todo había sido destruido, casi el 80% por los norteamericanos. Todo destruido, bombardeado…

Nuestra tarea de familia era juntar ladrillos. Mamá juntaba ladrillos grandes y yo, junto con mi hermano, juntábamos los medianos y chiquitos y los seleccionábamos para reconstruir. Fue muy difícil, hacía mucho frío también. Solo a partir del  año 55 o 56 las cosas cambiaron, la economía se desarrolló fundamentalmente pero fue muy duro también porque no habían alimentos...

Yo estudie cuando tenía 14 años. Decidí estudiar historia, lenguas extranjeras e Ingeniería, con el objetivo de salir de Alemania. Ese fue mi sueño, sueño de viajar, de ver el mundo; y con 14 años comencé a estudiar francés y poco a poco llegue a hablar ruso porque quería saber que había pasado en Rusia, estudie en una universidad y como hablo muchas lenguas tuve muchas posibilidades…

La Compañía donde estaba trabajando, tenía una plaza libre en España, donde estuve tres años. Después me llamaron de la Central en Alemania, y me comunican si no quería ir a Tailandia, que debido una catástrofe climática, en la cual había muchas casas destruidas, querían recomenzar en dos días y yo no sabía dónde estaba Tailandia, y acepté. Pues presentía que esta era una oportunidad única para mi espíritu aventurero; Y así fue, residí diez años en Tailandia. Trabajé, aprendí la lengua, fui a la escuela. Entendí el budismo. Sin embargo no me interesaba nada la religión, pero había algo que me impresionó en Tailandia: no había un sacerdote, no hay nadie que te dice qué hacer, todo depende de ti. Que uno cree que puede controlar sus emociones para estar bien consigo mismo, ser mejor humano. Todo esa filosofía oriental me impactó muchísimo...

Me fui a un convento durante un año y medio, ubicado en Tailandia al norte. Esa fue mi forma de cuestionar el sentido de mi vida. Estudie muchos libros originales. Proceso que requiere una meditación, un nivel que no recuerdas las palabras, es como si estuvieras en un sueño. Yo cierro mis ojos y me concentro. Es un proceso de concentración a nivel espiritual. Es alegría de cómo tu mente está volando, es un experimento muy lindo...


Durante este periodo de meditación, de pensamiento, decidí cambiar mi vida. Yo era soltero y quería casarme, tener niños, una meta, un entorno, y ese fue el motivo que me impulsó a dejar el convento sin excusas, sin decir nada. A mi esposa la conocí en el convento, cuando llegó un día en compañía de su madre, visitando, ofreciendo flores y comida. Me gustaba mucho…

 Así que reprendí mi vida normal de cero. Porque cuando llegabas al convento si tenías ropa, auto, vestimenta, debías repartir todo a la gente, a los hombres…

Tengo muchos libros, más de 2.000, una colección de muchas lenguas. Me casé con Marisol, luego ella quedó embarazada. En tres meses regrese a Alemania. Vivimos en el sur en Baviera, cerca de kimsey…
A mi esposa no le gustaba la vida en Alemania, era un shock para ella. Primero porque cuando llegamos era invierno, mucha nieve y además la gente miraba todo el tiempo como sospechosos debido al color de piel...

Ella no salía de casa y fue como enferma de kimsey, perdió mucho peso con la niña durante el embarazo y después de dos años me dijo:-tenemos que irnos de Alemania. Y como para mí lo más importante es la familia, nos fuimos. En el año 84 llegamos a New York, en EEUU. Tampoco le gustaba. Sin embargo, era un gran sitio, una gran ciudad. Fuimos a Chicago, en mayo, había viento, frío y tampoco le gustaba. Era la segunda vez que tomaba el teléfono de la compañía y le digo:- lo siento, no le gusta tampoco…

Cuando nos fuimos de Chicago, el avión tenía un problema mecánico y aterrizo en Atlanta y decían que había 8 o 9 horas de espera. No nos queríamos quedar en el aeropuerto, entonces arrendamos un coche y salimos de la cuidad, hacia el norte, tomamos la autopista y me gustó mucho el paisaje muy rural, muchas estancias, caballos pero como mi mujer no dijo nada volvimos al aeropuerto.  Dos meses después nos mudamos, hacia Marietta en Atlanta, Georgia...

Tengo dos hijos, un nieto de 28 años y adopte 4 hijos más, el último que adoptamos es un chico de 15 años.

(Continuará)

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