Tenemos que lamentar la pérdida de un ser simple pero extraordinario y querido por toda la comunidad...
Había nacido en el campo de Refugiados en Frankfort de Meno en Alemania en el año 1924. Se crió como todo niño en las colonias yendo al colegio de las Hermanas. Llegando a la edad de la juventud. Llegó el amor. Se casó con “Berta” Graff. Y se dedicó al trabajo, forjando un destino que le dieron la dicha de tres hijos. Que a su vez le regalaron la felicidad de nietos y bisnietos.
Pero más allá de su notable trayectoria, se le admirará por su calidez humana, su ilimitada bondad y su sensibilidad impar para ver las bellezas de las cosas simples, a fin de captar el espíritu que vibra más allá de las formas.
“Surco de la vida fue dejando/ sobre el curso de aquel tiempo olvidado que se fue./ Reja que en el brillo de la tierra fue soñando/ amaneceres de cosechas con su fe./ Soles que lo fueron a él curtiendo bajo esos campos agrestes/ de esperanzas por nacer./ Viento que al pasar cuenta una historia como un ave solitaria/ que nunca ha de volver”. (Así le cantaba Anibal Wesner)
Quedarán los recuerdos para admirar, soñar con la simpleza de otros tiempos y eternizar en el recuerdo a Don Manuel. Descansa en Paz!!
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