Llega la Navidad y con ella renace un cúmulo de tradiciones, la mayoría muy antiguas, tanto que sus verdaderos orígenes se han perdido en el misterio de los tiempos. En cada rincón del mundo se le han agregado a la festividad costumbres y detalles propios que si bien no la modifican en su esencia, el celebrar el nacimiento del Niño Jesús, le otorgan peculiaridades autóctonas que la distinguen y la vuelven más atractiva...
A la vez, esta celebración en donde sea que se lleve a cabo y en cualquier época de la historia tiene un denominador común fundamental: "la reunión de la familia". Pero también otras han trascendido fronteras...
El árbol de Navidad, las tarjetas de felicitación, los pan dulces, la canción Noche de Paz, Papá Noel y los regalos, parecen ser prácticas ya casi universales. Y en la Argentina, un país cuyos habitantes provienen de los más diversos confines, el festejo se ha nutrido y enriquecido con infinidad de hábitos distintos.
Weihnachtsfest von Wolgadeutschen (La Navidad entre los Alemanes del Volga)
Y nuestra raza aportó lo suyo con un particular estilo de festejar la celebración de la Navidad, que fue y es una recordación muy importante para nuestra colectividad y muy esperada, ya sea por su significado y motivación. En el Volga coincidía con el invierno y nuestra gente estaba desocupada de las obligaciones del campo. Toda la población tomaba parte activa en la celebración, las representaciones alusivas al nacimiento del Niño Jesús en las iglesias se revestían del máximo resplandor...
Los abuelos que bajaron de los barcos, aquellos que cruzaron el océano para llegar hasta estas benditas tierras, trajeron entre sus baúles y sus ilusiones, las tradiciones de sus tierra...
Así es que heredamos la costumbre de comer todo tipo de comidas agridulces, que los abuelos necesitaban para soportar los fríos tanto de Alemania como de Rusia. Y adornando con figuras abrigadas como para soportar la navidad fría, con nieve incluida...
Los niños tenían una especial intervención y recibían un regalo peculiar con la venida del Christkindl und der Pelznikell, que aparecía entre cánticos con sus regalos y augurios felices el primero y el reto y amenazas el segundo...
El Christkind para los niños buenos y para los díscolos el Pelznikell
El Christkind, simbolizado por alguna muchacha vestida de hada y sacudiendo campanillas y penetrando en los ya prevenidos hogares, para tomar un examen de comportamiento y oraciones a los niños. La dulce figura impresionaba hondamente a los pequeños, pero las cosas cambiaban cuando repentinamente irrumpía en la habitación el Pelznikell, quien envuelto en un raído sobretodo y arrastrando una cadena de tiro, acusaba de faltas - previamente conocidas - a los pequeños. Los que eran defendidos por el Christkind y arrojado el Pelznikell, quien se iba entre rugidos y golpes de cadenas. La escena terminaba con reparto de golosinas que consolaban a los infantes del mal rato pasado.
Primera navidad en la pampa
Por ese tiempo y hasta hace algunos años, la iglesia era mucho más rigurosa y señalaba la víspera de navidad con ayuno y abstinencia, que era cumplida rigurosamente por las colonias...
Nos relata el Padre Brendel que en la primera navidad pasada en la inmensa pampa "el Stille Nacht invadió como suave aroma de nostalgias la serena quietud de la noche pampeana, corrió por las calles como un anuncio de Ángeles y penetró en los campos dormidos de espigas y en el cielo tachonado de estrellas y las lágrimas asomaron a los ojos del pequeño grupo cuando el Grosser Gott atronó el ambiente como acción de gracias...
Y por las calles oscuras llegaba el Christkind, acompañado por un farol de kerosén y a unos metros más atrás escandalizando a toda la aldea con sus rebuznos y golpes de cadena, venía el Pelznikel, sudando bajo un sobretodo del tiempo de la arada, lleno de lana y peletería...
Y continuaba con la ida de todos a la Misa de Gallo (Mette) y a la vuelta nos sentábamos a la mesa. Rezábamos un Padrenuestro y cenábamos, con toda la familia reunida...
Cuando finalizaba la cena bailábamos valses y polcas y el 25 al mediodía se reunía toda la gran familia: los abuelos, los hermanos, los tíos, los primos, se preparaban cosas agridulces, todas elaboradas en forma casera. Era una fiesta hermosa y lo esencial era que la celebración encontrara a la familia toda unida.
1 comentario:
Muy interesante el artículo. Quería aportar con algo:
Estuve investigando al respecto de la tradición de la visita del hada Christkind y el Pelznickell. Resulta que hay variantes entre la colectividad del Volga, en las que algunos resumen las dos deidades en el mismísimo Weihnachtsmann. Éste aparece como una figura severa (parecida a la imagen del Pelznickell del artículo); malhumorado y andrajoso, busca cuenta de las acciones de los niños, pero al final los recompensa dejando algún regalo en el hogar.
Por cierto, hasta la generación anterior de mi familia, ésta era la celebración que realizaban.
Saludos.
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