Un día me contaron que un pequeño gusanito caminaba al
sol...
Muy cerca del camino se encontraba un grillo.
-¿Hacía dónde vas?, le preguntó
Sin dejar de caminar, la pequeña oruga le contestó:
-Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la
montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que ví en mi sueño y he decidido
realizarlo-.
El grillo sorprendido le dijo mientras se alejaba: ¡debas
estar loca!, tú una simple oruga, no podrías llegar nunca. Una piedra será como
una montaña, un pequeño charco como un mar y cualquier tronco una barrera
infranqueable...
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus
diminutos pies no dejaron de moverse.
De pronto oyó la voz de un escarabajo, quién le preguntó
hacia dónde se dirigía con tanto apuro. El gusanito le contó su sueño y el
escarabajo no pudo soportar la risa y le dijo: -Ni yo con patas tan grandes
intentaría una empresa tan ambiciosa. Él se quedó en el piso tumbado de la risa, mientras la
oruga continuó su camino.
Del mismo modo cruzaron por el camino de la oruga, la
araña, el topo, la rana, y la flor, quienes le aconsejaron a nuestro amigo
desistir de su intento.
-¡No lo lograrás jamás!-, le dijeron, pero en su
interior, había un impulso que la obligaba a seguir.
Ya agotada, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar
a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pasar la noche.
-¡Estaré mejor!- Fue lo último que dijo y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus
restos. Yacía ahí el animal más loco del valle. Había construido un monumento a
la insensatez, digno de alguien que murió por querer realizar un sueño
irrealizable...
En una mañana en la que el sol brillaba de una manera
especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había
convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos.
Aquel caparazón duro comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una
antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del
impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser
que tenían frente a ellos: una mariposa... No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se
iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño, el sueño por el que
había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir...
Todos se habían equivocado...
Todos tenemos un sueño que cumplir, vivamos por él,
intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no
podemos, quizás necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio
radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades
y con esfuerzo, seguramente lo logremos...
El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado,
sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.
1 comentario:
¡Hola!
Simplemente quiero darte las gracias por tu estupendo blog hectormaierschwerdt.blogspot.com.
Tras leer la primera entrada "Editorial... Un pequeño gusanito..." me pasé una hora entera leyendo tu blog :) Todo está escrito correctamente, muy interesante y de manera fácil para leer. Me gustó mucho la entrada "Agradecimiento…".
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