Que dio inicio con la disertación del Profesor Horacio Agustín Walter, titulada “Las Colonias Alemanas del Volga” a la cual asistieron gran cantidad de personas, algunas provenientes de La Pampa y Coronel Suárez como así también, alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº 1…
La disertación tuvo por objeto trazar algunas líneas de interpretación de la Aldea-Colonia como resguardo de la familia y sus bienes (viviendas) y de sus urbanizaciones (poblados) que adquieren su identidad por una nomenclatura similar a las aldeas que dejaron en Rusia o por la reproducción de sus características arquitectónicas. Se habló también de la Aldea-Colonia como identidad cultural a través de la reproducción de una traza urbana similar. Y, finalmente, se habló de la Aldea-Colonia como resguardo de la memoria de la fe (en relación a la construcción de sus templos) y del respeto por sus antepasados (en relación a la construcción de sus cementerios)…
El día sábado, la comunidad de descendientes de Alemanes del Volga y los amigos de la Colonia que se mantiene en la memoria de todos, se reunieron en el viejo cementerio donde se realizó una invocación religiosa y la bendición de un cuadro con la imagen de la Virgen de Schönstadt. Durante los actos, Jorgelina Walter realizó una reseña de todas las acciones emprendidas para la recuperación de la memoria y realizar desde las ruinas un hermoso paseo y un profundo memorial de quienes marcaron con su esfuerzo, su fe y su trabajo la historia de la Colonia Santa Rosa de Lima, fundada en 1902. El clásico paseo por la colonia, la degustación de exquisiteces y la foto de todos los presentes culminó durante la noche con la colorida y alegre cena del reencuentro donde se unieron los agradecimientos, los regalos y la infaltable danza volguense…
Aún resuenan en los oídos de todos los presentes las palabras del Prof. Horacio Agustín Walter que dijo: “Si me preguntaran que festejamos cada agosto, la respuesta aparece delante de todos en fotografías color sepia que nos transportan a otro tiempo. Celebramos el tiempo de las espigas regadas con lágrimas, el tiempo de los niños nacidos de mujeres preñadas de sueños; celebramos la fe de nuestros antepasados, su confianza en la familia, su respeto por la lengua, su compromiso por mantener la religión de los padres, y las costumbres que trajeron en sus baúles junto a su fuerza y su constancia. Celebramos la dureza de mantener una conducta y la pureza de su moral y su sacrificio”.
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