Siempre sentí que decir lo que pensaba era el mejor camino para seguir andando.
Debo asumir que muchas veces me hicieron parar en la banquina,
mirar hacia el horizonte y creer que iba por el camino correcto.
Creía que sentía que las cosas iban por donde yo quería…
y las cosas no se iban dando así, como al andar…
como pasan las cosas buenas que uno desea de verdad.
Esas cosas, flor de cosas, fueron marcadas por otros que transitaron antes por esos caminos.
Ellos, no imaginaron que yo, mujer, podría trazarme otro camino….”
Sé todo lo que puedas ser, atrévete a ser diferente y a establecer tu propio molde;
vive tu propia vida y sigue tu propia estrella”
la frase de fin de año que me obsequiaron en el colegio agrotécnico que dejé hace algunos unos años…
Aprendí a ver que aquello que creía no era tan así como decían que debía ser, aunque parezca un trabalenguas…
Hoy siento que aquellas dudas fueron el motor del cambio, de mi crecimiento y de mi proyección en lo que soy y quiero seguir siendo.
Romper con los mandatos, es doloroso, pero no hay satisfacción más grande que tener tus propios
logros sin deber agradecimientos ni favores a quienes se jactan de habértelos otorgado,
sentir que somos merecedores de lo que tenemos y creernos con derecho de tener lo que queremos…
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