En los tiempos que corren, muchas cosas se hacen por costumbre… tanto que no pocas veces lo anormal parece ser normal. “No se da puntada sin hilo”, por no decir que no se puede avanzar sin 'un palenque' de por medio.
El piola es el inteligente y miles de cosas inexpresables, van haciendo una norma de vida. Aquel que observa una ética en su profesión, si no es trasnochado parece un marciano. Hemos dado vuelta la escala de los valores auténticos.
Para todos los hombres, creyentes o no creyentes hay un fin común o un ideal noble y posible de realizar: ser felices. Para ellos es el tiempo que cada mortal goza y un modo de vida o costumbre.
Observando la ética, lo normal será tal y lo anormal se lo llamará por su nombre, escala de valores que le dicen. Marca como debe ser el tiempo del hombre y sus costumbres, para llegar al puerto de la felicidad.
No pocos lo habrán meditado y hasta se habrán visto pintados. Pero, lamentablemente en los tiempo que corren, para muchos responsables del encauce actual, les cuesta kilo y medio vivirlo y hacerlo carne de su carne.
No es cuestión de seguir la corriente, por los tiempos que corren, ni mucho menos cobijarnos en el manto de que todos o muchos lo hacen y por lo mismo no querer pasar por marcianos.
Siempre hacer va cuesta arriba y remar contra la corriente fue cansador y hasta agotador…
No miremos tanto cuánto hacemos, sino que hacemos.
Héctor Maier Schwerdt
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