Desde hace casi 2000 años, cuando un grupo de “delirantes" comenzaron a anunciar la resurrección de su maestro la historia cambia radicalmente. Aquello que es lo más precioso para cualquier persona (su propia vida) deja de ser un fin absoluto. El imperio poco a poco cede al empuje de este grupo que cada vez crece más y más, como un poco de levadura que fermenta toda la masa. La historia y la vida del hombre cobran sentido. El hombre no tiene como horizonte último la muerte, sino la esperanza de otra vida. No hay más pruebas que la fe, no hay más testimonios que los que entregaron su vida por esta causa (que no son pocos...) pero lo que sí podemos afirmar los que creemos en Cristo es que sin resurrección esta vida, sin esa esperanza nada tiene sentido, sin Dios la ley del más fuerte es lo único que vale...
Les deseo una Pascua en familia y que en estos tiempos difíciles tengáis los ojos bien abiertos. Festeja tu Pascua como tú quieras pero recuerda que… la espiritualidad se encuentra en tu interior, allí se esconde la llama de nuestra esencia humana, para verla hay que acallar el ruido y la parafernalia hueca, vacía y carente de ella y buscar dentro de nosotros las fuerzas necesarias para afrontar la vida. A esa pequeña gran luz que se llama Cristo Jesús
El encuentro de la vida…
La Pascua es la fiesta del fuego y de la luz nueva. La bendición del fuego nuevo encierra la dignidad de la creación que el Señor rescata. De ese fuego se prende el cirio que simboliza a Cristo resucitado. Sobre esa vela gigante se detalla a Cristo, principio y fin de todo, representado por la primera y última letra del abecedario griego, alfa y omega. También se dibuja el año, recordando que Cristo es el dueño del tiempo. "Cristo ayer y hoy, principio y fin. Suyo es el tiempo y la eternidad. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Que la luz de Cristo, resucitado y gloriosos, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu".
Vivimos hora especiales llenas de luz, que iluminan las tinieblas de nuestra historia. Es la hora de la acción de gracias a nuestro Señor, ya que la Pascua de resurrección da sentido a todo, orientando nuestra existencia.
Pero Él vive y está entre nosotros. Jesús ha resucitado de entre los muertos y vive para siempre. Nuestra creencia, nuestra fe en ello tiene su origen en la fuente de una tradición de testigos, que con sus palabras y escritos nos confirman la presencia de Jesús en nuestra historia, con su enseñanza y acción, muerte y resurrección. Además, nuestra fe tiene raíces en una experiencia personal a partir de encuentros vivenciales con el Señor, presente en nosotros y en medio de la comunidad.
Descubrir a Cristo resucitado, vencedor de la muerte, tiene su origen en dos hechos, inseparables el uno del otro: la tradición que nos brinda la iglesia y la experiencia de ese encuentro personal que invita a proclamar a todos esta verdad: ¡CRISTO VIVE!!!
Por eso, la Pascua es la fiesta de la esperanza, de la alegría, de la paz y de la vida. Por todo ello ¡Feliz Pascua a todos!
La resurrección de la vida en la naturaleza luego de la larga noche de la muerte invernal... En invierno las plantas se han muerto aparentemente. Todo se convierte en un frío desierto de nieve. Sin embargo poco a poco la noche eterna del invierno se disipa, los días se alargan, la nieve comienza a derretirse y de pronto descubríos un milagro, debajo del manto blanco se asoman pequeñas hojas verdes y luego una flor amarilla, que nos recuerdan que nada muere que todo permanece aunque no lo veamos. La aparición de esta flor abriéndose paso entre la nieve y venciéndola por fin, se interpreta como un verdadero milagro de resurrección aunque en realidad no hubo tal, porque la planta nunca murió sino que se encontraba en letargo invernal. En Alemania llaman a esta flor, Campana de Pascua, porque en realidad es una campana que anuncia la llegada de la primavera, junto con los conejos y los huevos en los jardines.
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