Después de todo, Goethe bien dijo una vez: “Mein Vaterland ist da, wo es mir wohl geht” (mi patria está ahí, donde bien me va) y sobre esto podemos pensar un buen rato.
La verdad, uno se adapta de a poco ahí, el idioma claro, es fundamental, aunque, por ejemplo, conocí gente que vive hace 5 años en Alemania y nunca pudo o quiso aprender alemán... ¿Cómo? me pregunto yo... ¿vivir en un lugar y no poder comunicarse?...para mi, sería imposible... claro, para mí, pero muchos, no lo necesitan, y llegan a su “frontera lingüística”, donde decir “Cuánto sale?” “eins, zwei, drei, vier, fünf” y “Guten Tag” es todo lo que necesitan saber, pero poco a poco mejora el idioma para quien lo desee mejorar…
Muchos se quejan de la burocracia alemana, los extranjeros y los mismos, los papeles aman las oficinas, y las oficinas los papeles... es un amor correspondido en Alemania… del mismo modo las leyes alemanas son incluso confusas para los mismos alemanes... claro, en los organismos oficiales, la primera respuesta a todo es siempre "No", “no se puede”, “de eso no se habla”, “no sos alemán”... en cambio la gente lo ve de otro modo y siempre dice que hay posibilidades, estudiar, trabajar o al menos poder residir, es complicado...pero es lindo, y si uno quiere, uno se adapta cada vez más, a través de amigos, Tándem, cursos de alemán y la vida diaria, los contactos con Alemania se estrechan... y eso es a veces lo que nos falta a muchos acá, estrechar vínculos, no solo con Alemania, si no con lo que queremos ya sea alemán o no, ya sea Alemania, el baile, la comida o ir a visitar a la abuela y preguntarle como era la vida antes… hay muchos vínculos sin estrechar…
En el caso de Alemania, es bueno, porque uno no se da el “porraso” de llegar y no entender nada… ojo, Alemania no sería lugar para muchos que conozco que se sienten alemanes, yo apenas me siento apenas alemán, pero aun así no me parece un lugar fácil en algunas cosas, bueno, para ser sincero, muchas veces se nos complica entender, manejarnos, querer a Argentina, con todas sus cosas, siendo que somos argentinos, imagínense lo que es entender, manejarse y sentirse bien en un ambiente que no es muy parecido al nuestro…creo que muchos dudarían de cuan alemanes son al estar allá, también de qué tipo de alemanes son y cosas así… al menos, esas ideas se me presentan en la cabeza…
Hay cientos de cosas más que podría escribir o mejor dicho describir de la Alemania que vi, que los trenes son increíblemente limpios y muy puntuales (no exactos siempre, como se cree) que hay paisajes con iglesias, casas y lugares increíbles, gente linda y amable, cerveza rica en bares coquetos, ventanas adornadas y sin cortinas, muchos tipos de basura cuidadosamente separada en plásticos y envases, papel y cartón, vidrio y desechos orgánicos, supermercados atestados de comida que nunca viste donde te enteras cuantas clases de queso y tomates existen, un frio aire hermoso los días antes de nevar y la nieve que cambia completamente el paisaje, fuegos artificiales en año nuevo como acá, carteles de panaderías que ofrecen una variedad de pan que es increíblemente rica, pero también kreppels, mucha música y libros, un costo de vida relativamente barato y ardillas corriendo por lugares donde apenas hay algunos arbustos o árboles o en el balcón de tu casa, algunos castillos viejos en las afueras en los que si tenés la suerte de que te toque un día de sol, es un lugar hermoso, autos nuevos de alta gama, cafés llenos de gente ruidosa y calles de noche super silenciosas, árboles llenos de hojas rojizas que hacen una alfombra cuando llega el frío, robles que nunca dejan de aparecer por doquier, Alemania es todo eso también, Alemania es algún lugar donde ves tú apellido en la placa de algún abogado o el nombre de una calle…y al menos te identificás con algo, si no lo pudiste hacer con nada antes…
Pero en Alemania siempre hay algo, en Alemania siempre hay una pequeña cosita de nosotros, aunque nunca hayamos ido.
Fotos...
1) El autor, Alejandro con nuestra querida amiga Anna Ladilova
2) Anna y su hermanita Lara junto a Alejandro
3) Anna Ladilova no sólo dejó buenos recuerdos sino que se llevó el corazón de una gran persona: Alejandro Müller; Desde Santa María que Anna conquistó con su empatía y Alejandro que nos deja su cordialidad y armonía les deseamos lo mejor de mejor en la nueva vida que comienzan
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