Se cumplen ya 124 años de aquellos comienzos en que los primeros colonos alemanes cimentaron el presente que disfrutan sus hijos, nietos y bisnietos, portadores del grandioso legado de mantener viva su sangre de inmigrantes que hoy circula por genuinas raíces hincadas en estas tierras. Así, enarbolando una inquebrantable fe, sentaron bases del desarrollo sorprendente que adquirió la región, a costa de grandes sacrificios y negando espacio para claudicaciones.
Fue así que el principal potencial de la Argentina comenzó a gestarse desde estas tierras, merced a una providencial combinación e esfuerzos, buena fortuna y espíritus abnegados que creían que los recursos de este país eran superiores a cualquier otra región en el mundo.
Fue Don Eduardo Casey quien visionó antes que nadie un venturoso porvenir para estos campos jamás trabajados y desde ellos bregó a fomentar la agricultura y la ganadería como principal fuente de ingresos para la Argentina. Apoyó y propició así el establecimiento de chacras y aportó cuanto fuese necesario para trabajar la tierra virgen del desierto pampeano. Además logró que el trazado del ferrocarril de sud beneficiara nuestras tierras y aportó todo lo necesario para el sostenimiento de sus colonias como el típico caso de pueblo San José. Previniendo afrontar las seguras dificultades con que se encontrarían los primeros agricultores, los proveyó de instrumentos de labranza, semillas, animales, etc.
Así los esfuerzos de tantos colonos se coronaron de éxito con el transcurso de los años, posibilitando que al cabo del tiempo buena parte de ellos fueran propietarios de las tierras que habían adquirido a plazos.
Imagen... Los colonos de la “Colonia Nº 2” concretaron un magnifico homenaje a aquella figura relevante para la venida de nuestros abuelos a estas tierras suarenses, resumiéndola en levantarle un monumento a don Eduardo Casey... el único a cuerpo entero que se le erigió en la Argentina...
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