(Producto del gran aluvión de inmigrantes llegan a la Argentina los llamados “alemanes del Volga”, tras su periplo por Europa. Portadores de un rico patrimonio intangible, traen a estas tierras su música y sus coreografías)
Recurro a diferentes fuentes escritas, diccionarios, enciclopedias, revistas especializadas, encontrando que se lo denomina como “Polca alemana”, “Vals escocés”, “Schottisch”, “Escocesa”. Asimismo rastreando manifestaciones coreográficas de diversos países, hallo que en Austria: “La danza y el canto tienen un origen antiquísimo, del medieval “Landler”, derivan el Schottisch y el Schupplater...”.
Esta información me hace pensar en la hipótesis de que el Schottisch es de origen alemán, ya que no hallo sustento válido hasta el presente que me haga suponer su procedencia escocesa. Por otra parte debo expresar, que en conversaciones informales con personas de la colectividad escocesa (uno de ellos integrante de un conjunto de música y bailes escocés y la otra, estudiosa de la música tradicional escocesa), me aseveran que la música del Schottisch no es de origen escocés, aunque la reconocen como europea. Observo que los escoceses no la tienen incorporada ni internalizada como música propia.
Continuando con la investigación, según el “Diccionario Oxford de la Música” dice: “Escocesa”: No se ha aclarado bien todavía la relación de esta danza con su nombre. La información que dan generalmente los diccionarios de música de varios idiomas, es que esta danza es de origen escocés, y que originariamente estaba en compás ternario, pero ahora es una especie de contradanza en compás binario. A veces como en el artículo del profesor Prout que en el Diccionario de Grove, se hace referencia al instrumento nacional escocés (o sea a la gaita). Cecil Sharp y A. Oppe (en The Dance – 1924) expresan que alrededor de 1780, las escocesas se bailaban en Inglaterra, eran muy semejantes a la contradanzas inglesas, pero se ejecutaban con más energía, a un tiempo más rápido y a menudo con melodía escocesa. El músico escocés bien informado y de gran experiencia Sir Alexander Mac Kenzie, escribió: “Aunque a menudo se afirme, es difícil creer que la “escocesa” sea de origen escocés, porque no tiene ningún parecido con el Reel o el Strathspey.. que son los únicos representantes de la música bailable escocesa...Como se usa generalmente el nombre francés (“Ecossaise”) se supone que se originó en los salones de baile de París, y en caso de que fuese de origen escocés, quizás Paris haya sido la primer ciudad donde se afincó la danza en sus viajes.
El concienzudo investigador W. Barclay y Squire, dice que era una contradanza de origen escocés, introducida en Francia hacia fine del siglo XVII. El lenguaje melódico escocés parece estar ausente de todas las melodías que llevan este nombre. Beethowen, Schopen y Shcuber, escribieron escocesas para piano, sin ninguna característica escocesa.
En el mismo diccionario refiriéndose al Schottisch dice: “Danza en redondo, especie de polca más lenta. Cuando se bailó por primera vez en Inglaterra hacia mediados del siglo XIX (el periodo de invasión de la polca), se le dio el nombre de polca alemana”.
Ahora haré algunos comentarios acerca de la forma y época en que fue introducido el Schottisch al país, basándome en estudios de Carlos Vega sobre las generaciones coreográficas, dice Carlos Vega: “... Las danzas vencedoras y dominantes en los salones de Perú, Bolivia y Chile desde 1850 (fechas elásticas) fueron enteramente vencidas y eliminadas por la promociones por las promociones de bailes modernos (vals, mazurca, schottis, polca). Prósperas en la segunda mitad del siglo pasado en América, engendran una promoción coreográfica local que invade el mundo: La Habanera (Cuba), La Maxixe (Brasil), el Tango (Argentina), etc.
En otro apartado de la misma obra, Carlos Vega dice: “... Su aceptación se inicia hace apenas dos siglos, y en cuanto a nuestro país llegan hacia 1800, representadas por el vals.
La más famosas son: La Mazurca, La Polca, El Schottisch, desprendidas de la danza erótica de muchas parejas. Resulta pertinente transcribir, así mismo en este contexto un párrafo del trabajo del mismo Carlos Vega titulado: “Las Canciones Folclóricas Argentinas”, expresa allí el citado estudioso: “En la campaña nos esperan en la boca de los cantantes u oyentes más nombres que especies; y es que cada especie suele recibir varios nombres diferentes.
Además –es lo grave- un solo nombre puede aplicarse a varias especies. Nombres cambiados, nombres cruzados, lo suficiente para impedir las explicaciones. Lo leemos en el grupo de las “vidalitas”. Hay en el norte argentino, cuatro especies musicales que reciben el nombre común de “vidalita”. La música de estas cuatro especies de “vidalita” presentan importantes analogías y diferencias. En Cuyo tenemos algo similar; la voz “tonada” se aplica al “estilo” o “décima” y al “triste”.
Estos conceptos del maestro Carlos Vega, son aplicables a la danza objeto de mi estudio.
Efectivamente, las versiones con que he tomado contacto en el transcurso de mi investigación, muestra que varios nombres (polca, vals, escocesa, etc) son utilizados para llegar al Schottisch, objeto de mi trabajo.
En esta introducción he querido presentar un panorama histórico de la presencia del Schottisch en la Argentina, además de proponer un marco teórico y clasificatorio para ésta y otras especies coreográficas, poco estudiadas en nuestro país.
Queda para la segunda parte de este trabajo, todo lo que hace a los elementos de la danza y música, así como el trabajo de campo realizado en la localidad de Coronel Suárez, con el Sr. Héctor Maier y otros descendientes de alemanes del Volga.
Autora: La profesora Esmeralda Ravanedo presentó ésta interesante y brillantemente fundamentada tesis sobre el Schottisch en la IIº Jornadas Nacionales de Educación Artística patrocinadas por AMAUTA (Saber y Trascender) y FEPAI (Fundación para el estudio del pensamiento argentino e iberoamericano), desarrolladas en el Museo Roca, en Capital Federal
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