Municipalidad de Coronel Suarez

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lunes, 18 de noviembre de 2013

Historia de la Colonia Monte La Plata en Teniente Origone, hoy Paraje Monte La Plata… "Los sonidos del pasado"...


La Escuela Alemana. Se inauguró en 1907. Su primer maestro –Marcos Fibiger- comenzó a dictar clases en 1908: castellano, alemán, religión, música y matemáticas fueron las principales materias. Se complementaba con canto y dibujo. 


La capilla, la escuela alemana y el cementerio quedan como testigos silenciosos del paso de una corriente migratoria alemana del Mar Negro, que a principios del siglo pasado se estableció a 5 kilómetros de Teniente Origone en el Partido de Villarino. “Aquellos familias no vinieron a hacerse la América, para enriquecerse y luego retornar para gozar de su vida. Llegaron para hacerse argentinos y cultivar la tierra y ofrecer una honrada existencia a sus hijos”. (Padre Carlos Dieckhöfer, reseña historia publicada en marzo de 1946)…


Monte La Plata era una colonia instalada por unas pocas familias de origen alemán que provenían de las colonias alemanas del Mar Negro en Ucrania. Era todos agricultores y hace más de un siglo que estos colonos alemanes llegaron al país de la aldea alemana de “München” en la actual Ucrania y otras aldeas aledañas. Las primera familias de la colonia llegaron al país en 1898 y en las proximidades de las colonias de Coronel Suarez arrendaron el campo de la estancia “El Lucero”, donde trabajaron la tierra para ganarse el pan cotidiano…

 La fuerte convicción religiosa impulsó la construcción de la capilla entre los años 1913/14, delante de la Escuela Alemana. Mide 18 metros de largo por ocho metros de ancho.  El armonio, (era imprescindible que el Schulmeister supiera tocarlo) perdura junto a una pequeña ventana. También fue producto de una colecta que, en el año 1923, totalizó 1.410 pesos fuertes. La estatua de San José se instaló en 1924


En el año 1905 se unieron 18 familias para comprar esas tierras que abarcaban un total de 3.200 hectáreas. Las primeras siete familias salieron de nuestras colonias de Coronel Suárez el 1º de marzo de 1906  en carros y llegando a destino el  9 de marzo a un campo virgen cubierto de montes de chañares y piquillines, que se extendían por doquier hasta donde alcanzaba la vista. Hacía falta mucho coraje para desmontar esa selva y convertirla en tierra fértil y cultivable, sobre la cual debía crecer el trigo para trocarse en el pan diario para sus familias…
Jacobo Schwindt, de las colonias alemanas de Coronel Suárez (Colonia Dos) regaló el altar con las imágenes de la Inmaculada, San Antonio de Padua y San Juan Bautista. La comunidad aportó el Sagrado Corazón de Jesús, el ambón, los armarios, los ornamentos, las estaciones de Vía Crucis y la imagen del Sagrado Corazón de María. El altar cuenta con las imágenes de San José, el Sagrado Corazón de Jesús y San Roque. 
En el año 1924, también se levantó la torre para las dos campanas

En el mes de mayo de 1906 se emprendió la tarea de arar esas tierras que nunca habían conocido el hender de una reja en sus entrañas, para proceder luego a la originaria siembra. Labrar un suelo con tantas raíces de tocones era tarea muy dificultosa. Pero nadie perdió el valor y todos sembraron con mucha esperanza trigo para la cosecha precursora. Cuando se terminó esa faena se ocuparon de la construcción de sus casas en la colonia en los solares que ya estaban subdivididas y destinados…


Además de construir sus viviendas en la calle principal (Federgass), se dejaba suficiente espacio para mantener los animales que demandaba una casa familiar, como ser las vacas  lecheras para tener leche fresca todos los días, caballos de andar o para tirar del carrito colono para ir al campo o a la estación, y no podía faltar los animales domésticos: gallinas, gansos, patos, pavos, etc. etc. Además se hacían grandes huertas de hortalizas, tarea que resultaba difícil debido que el agua era poco y de mala calidad. A pesar de ello algunos instalaban molinos y proveían de agua por medio de cañerías a los demás. En otro casos se hicieron pozos de 10 a 15 metros de profundidad y se construyeron aljibes de donde se extraía el agua en baldes, o en los primeros tiempos se llenaba los bebederos con agua en grandes barriles tirados por caballos. Para beber se usaba el agua de lluvia almacenada en el aljibe que estaba cerca de cada vivienda...

 Para beber se usaban el agua de lluvia almacenada en el aljibe que estaba cerca de la vivienda 

Luego de la subdivisión de la aldea se comenzó a preparar los adobes y todo lo concerniente para la construcción. Se construyeron casas en tan sólo tres días y también como era tradicional, un aula para implantar una escuela y años más tarde, una más amplia que iba a ser destinada al templo de la incipiente colonia. A pesar de que esas viviendas de adobe fueron levantadas en indivisos lugares donde se asentaron colonos alemanes de Rusia, sin cimientos, ni plomadas, ni niveles, en gran parte sobrevivieron a sus constructores y hasta los utilizaron los hijos de los hijos…
Tres alumnos ocupaban cada banco de maderafabricados por carpinteros del lugar. Los pupitres muestran espacios para los lápices y orificios donde se insertaba los tinteros. El Schulmeister (maestro de escuela, que hacía las veces de sacristán) debía ser católico practicante, dirigir los cantos, rezos  enseñar religión. En 1922 la matricula registraba 44 alumnos y en el año 1926, 50 alumnos 


Monte La Plata fue para las condiciones regionales un centro cultural. Allí, además de la escuela alemana fue instalada una escuela provincial. Además tenía la capilla que fue durante muchos años el punto de apoyo del misionero que desde allí realizaba sus viajes por los derredores visitando familias católicas…

Ésta, como todas las aldeas y/o colonias de alemanes de Rusia, se establecieron en la Argentina constituyendo comunidades aisladas para adaptarse y auxiliarse unos a otros de los constantes avatares a que estaban sometidos…


Trece familias llegaron en 1906 y con el correr del tiempo se convirtieron en ochenta con más de quinientos pobladores. En muchos casos hubo chacras de 200 hectáreas en las cuales vivían hasta tres familias. Actualmente perduran algo más de 50 personas en el Paraje…

Hoy, un pequeño museo con numerosos objetos aún, pulcramente cuidados, reviven una época plena de esfuerzos y adversidades, en la que los colonos afrontaron una permanente lucha contra el viento y la sequía.
5)Prolijos armarios, guardan la vajilla de principios del siglo pasado
6) Las paredes están cubiertos por fotos y cuadros de los antiguos pobladores de la otrora colonia, hoy simple Paraje 
7) Antiguas cunitas de mimbre y de madera permanecen intactas

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