Llego a la costa
adentro el bote al río
me acuesto en su fondo
mis ojos se hacen cúpula celeste
y atravieso las capas invisibles del cielo.
Rebota la madera contra el agua
como flotando en el aire.
Las piernas se extienden y deshacen
el cuerpo se expande, ya todo lo abarca
ya deja el bote
y se integra en el deslizamiento
de un viaje de ida.
El río me lleva
quiero llegar pero el río sigue
no se detendrá
no puedo contenerlo
estoy en la corriente
me arrastra, dirige.
Creo no tener vuelta atrás
hasta no llegar al mar
no cesará su fluir.
Algo debo rescatar en mi fondo
alguna sustancia asimilar
porque al llegar me las tendré que ver
con el gran mar.
Y ese ya es otro cantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario