Como otrora, allá lejos, en los albores de su fundación, la
comunidad de Santa Trinidad volverá a cristalizar durante este fin de semana,
la celebración máxima que distingue a todo pueblo de descendientes de alemanes
del Volga. Exhibiendo en su realización la calidad humana de su gente y el
cariño hacia las tradiciones que los ancestros nos legaron. Conservando intacta
la llama de la fe: antorcha incólume que guía cada festejo de Kerb e ilumina al
pueblo con su gracia divina…
Aunque la nueva colonia se denominó Santísima Trinidad, la
iglesia fue consagrada en honor a Nuestra Señora del Rosario: fiesta religiosa
que se conmemora cada primeros días del mes de octubre. Por eso es que los
festejos von die Kerb von der Erst Konie se llevan a cabo en esa fecha…
Los primeros inmigrantes alemanes del Volga que colonizaron
las tierras vírgenes en donde se yergue actualmente la entrañable Santa
Trinidad, repitieron similar historia que la desarrollada por los fundadores de
las otras colonias alemanas: emplazaron una cruz de madera en el sitio en donde
hoy está erigida la iglesia, frente a la cual los colonos se reunían a elevar
sus plegarias a Dios. Hasta el año 1889, en que se construye una capilla, la
que permanece en pie hasta el año 1917, cuando se concluye el actual templo.
Recién en esos momentos se decide derivar la capilla, que fue utilizada hasta
ese día, siguiendo la tradición ancestral que aconsejaba que no debieran dejar
pasar una sola jornada sin asistir a misa…
La tradicional Cruz
La celebración de la misa del domingo y fiestas de guardar
como asimismo los grandes acontecimientos religiosos que tuvieran que ver con
la historia de las colonias, siempre eran considerados por nuestros abuelos
como el “día de la asamblea”, oportunidad en que al igual que los antiguos
cristianos hacían memoria del misterio pascual del Señor. Y es así como
siguiendo esta sabia premisa, cuando no había sacerdote que oficiara la
Eucaristía, se reunían bajo la protección de la Santa Cruz para orar y cantar
salmos y escuchar la Palabra de Dios que hombres muy dignos, elegidos con
enorme celo, leían imbuidos de profunda solemnidad...
Estas ceremonias consagradas a adorar la Palabra de Dios
siempre tuvieron una trascendencia fundamental en la historia de los alemanes
del Volga. Tan importante que en el Concilio Vaticano II, el Obispo Jorge
Kemerer (alemán del Volga), recomendó realizar las celebraciones de la Palabra
de Dios porque son parte de una necesidad pastoral, no solo en aquellas
regiones de misión sino también en aquellas regiones en donde los católicos
viven en diáspora o donde ha disminuido el número de sacerdotes, citando a modo
de ejemplo el modelo de nuestros ancestros cuando no había sacerdotes…
Como acontece año a año, las autoridades y entidades de la
localidad elaboraron un extenso programa de actos, tratando de reflejar el
quehacer institucional, social y cultural de la colonia.
Foto 1) María José Gaab, Flamante reina de Santa Trinidad
Foto 2) La Cruz original que data del año 1887 y la iglesia que fue consagrada en 1917
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