“Lo que de veras importa”!!!!

(Cierto día me acercaron un viejo manuscrito escrito en alemán, al abrirlo, observé que no llevaba firma ni nada que podría indicarme su procedencia, pero parecía escrito a principios del siglo pasado. Me refugié en una  reposera  y me puse a leer, preguntándome que es lo que me podía decir lo escrito en la sentimental década de 1900 a la insensible década actual... Deletreando algunas palabras y descifrando otras, más o menos esto es lo que decía)...: 

“¡Sólo tenemos una vida! Todos queremos vivirla con plenitud. ¿Cómo podemos aprovecharla al máximo con las energías y las facultades de que disponemos? ¿Qué es lo que de veras importa?” “Es imposible abarcar la totalidad de la vida, ¿Qué es lo esencial? ¿De qué podemos prescindir con provecho? Podemos prescindir de todo aquello que no nos llevaremos a la vida eterna”

(Con esta vara mide el eventual escritor sus valores y establece sus reglas) Si no queremos “llenar nuestra vida de obstáculos”, aconseja, hay cuatro cosas que podemos hacer:

1) Desechar la falsedad: “El convivir cotidiano no es para los farsantes”.

2) Descartar la preocupación. “La preocupación es miopía espiritual; una forma torpe de ver las cosas pequeñas y de magnificar su valor”.

3) Renunciar al egoísmo. “En la vida plena no hay codicia. Nunca pronuncies las palabras ‘yo’. Todas las cosas son de todos.

4) Renunciar al descontento. “Hay que vivir heroicamente cualquier situación que se nos presente”.

“¿Qué aspectos de la existencia debemos cuidar, guardar y usar?”...

Son ocho los valores que pueden engrandecer la vida: (El manuscrito examina el otro lado de la moneda).

1) “Emplea sabiamente el tiempo. En la vida, lo importante no es cuánto tienes, sino que vas a hacer con él”.

2) “Valora el trabajo. Pero no cualquier clase de trabajo. Pregúntate: ¿es vital mi labor? ¿Templa mi carácter? ¿Inspira a otros? ¿Es útil para el mundo?”

3) Busca la felicidad cada día. “Si no eres feliz hoy, ¡Es difícil que lo seas! ¡Procura ser paciente, generoso, fuerte, entusiasta y trabajador! Si haces todo este con un corazón agradecido, serás feliz; tan feliz como le es dado ser al hombre en la tierra.

4) Ten en alta estima el amor. “El amor verdadero nunca riñe; confía. El amor no necesita de ataduras, ni en el tiempo ni en la eternidad”

5) Controla tu ambición. “Existe el gran peligro de trocar los afectos humanos ordinarios por la ambición. Pongamos límites a esta; asegurémonos de que no ocupe un lugar demasiado grande en nuestra vida”.

6) Abraza la amistad. “Para ser un amigo verdadero se necesita tener un alma generosa. Es preciso perdonar mucho, olvidar mucho, tolerar mucho”.

7) No temas el pesar. “En la vida, las decepciones son inevitables. El dolor es nuestro destino común. El pesar no nos ha sido dado sólo para que nos lamentemos. Nos ha sido dado para que, después de sentir, sufrir y llorar, seamos capaces de comprender, amar y bendecir”.

8) Ten fe. “Una fe vigorosa, serena e inextinguible en la amorosa bondad de Dios. ¡nos da la posibilidad de vivir una vida plena y exaltada!”

(Dejé de leer y pensé ¿quién escribió esos pensamientos? ¿Una hermana religiosa” o algún otro u otra devota? Para ella, la fe era algo tan natural como respirar.

Las personas como ella aceptan la vida como un devenir natural, pues creen que la existencia tiene un significado. Al reflexionar sobre esta vida, comencé a sentirme menos fragmentado, más centrado. La voz me alcanzaba desde un siglo de distancia, pidiéndome que me concentrara en las cosas etéreas y vitales como la fe, el amor, la amistad, ayudar a los necesitados, en una palabra “vivir plenamente la vida”).

Héctor Maier Schwerdt