Antes que nada, quiero aclarar que mi viaje no fue turístico, no existe la palabra de la capital alemana ni de casualidad en este texto, no visité ciudades grandes en Alemania como esas que ya conocen, no fui al Oktoberfest ni nada parecido, ¿Qué hice entonces? O ¿Para qué fui? se preguntaran, simplemente me deleité con los paisajes de Hessen…y cosas que me gustan y llenan el alma de verdad, cosas que claro, no se encuentran en un determinado lugar, si no que se llevan dentro, o se comparten con alguien o se sienten…es simplemente una visión de mis vivencias y mis pensamientos a medida que pasaba los días por allá, mirando todo, como curioso observador que soy, pensando todo como incontenible tonto que no termina nunca de entender las cosas completamente, pero disfrutando todo.
¿Tenés ganas de leer? Mirá que es largo…bueno, empezamos…
Mi primer contacto con un alemán fue en migraciones en el muy grande, pero muy organizado Aeropuerto de Frankfurt, ahí me paro un policía y empezó una ametralladora de preguntas…"de donde sos?, a que venís?, hasta cuándo?, cuanta plata tenés, bla bla bla"...así fue, en ingles, a todo esto me puse súper nervioso aunque no tengo problemas para hablar inglés de corrido, pero por lo que ha pasado con España y demás, y claro, cuando en algunos países empiezan los problemas, muchas veces los primeros que tienen la culpa son los inmigrantes…así que, la regla ahora era: cuidado con ellos y a controlar.
En un momento estaba tan nervioso que se me escapo un tímido "entschuldigung", pues ni tenía pensado en mostrar el poco alemán que podía hablar y mucho menos nervioso...ahí fue cuando miro mi apellido y me dice "ach, aber Sie können deutsch sprechen Her Müller!" (Ah, pero Ud. Puede hablar alemán Sr. Müller!), a lo que yo con la mejor cara de asombrado (natural, no sobreactuado) conteste..."ja, aber nur ein bisschen, und mein deutsch ist kaum schlecht" (si, pero sólo un poco, y mi alemán es bastante malo)...y ahí, juro que cambio la cara totalmente...se volvió súper amable...me pregunto donde había estudiado, y si era argentino por el apellido...y bla bla bla...y me dejo pasar sin mas...increíble, estaba liberado...muchas veces me habían dicho que mi apellido alemán me seria de utilidad para entrar a Alemania, a lo que sinceramente respondí con una risa y luego con “aha?, que alemán?, si mi pasaporte dice argentino”, pero al menos en mi caso, fue cierto…agradezco mi primer prejuzgamiento a Alemania, pues estaba equivocado.
Apenas ahí fueron dos días, luego en Hessen…así que no vi mucho de Alemania en ese momento, sólo quería dormir (en los vuelos no duermo, comprobado está) y bueno, encontrarme con gente querida y tomar un café caliente, nada más…
Luego, fui una semana a Bélgica a recorrer y a visitar a una familia amiga ahí, anduve por Bruselas, Gante, Brujas, Oudenaarde, Amberes y un par de pueblos mas...genialísimo, un país casi desapercibido por el resto de Europa (ni en las noticias aparece) pero que es súper lindo, es realmente el país de las cervezas (aunque el estereotipo diga que es Alemania, claro, en Alemania se las toman, en Bélgica las elaboran! pero en Bélgica se dedican más a darles un toque gourmet), de gente muy cálida y amable...menos rígidos que los alemanes, pero igual de orgullosos de sus orígenes y cultura.
Luego he vuelto a Alemania y ahí sí, empezó el baile...jeje
(Continuará)
Fotos:
1) Alejandro Müller de Villaguay, Entre Ríos
2) Aeropuerto
3) Bruselas
No hay comentarios:
Publicar un comentario