Los argentinos estábamos familiarizados con sus homilías, sus gestos y su estilo pastoral. Pero internacionalmente era un desconocido al que el mundo va descubriendo. Entre asombro y encantamiento, el mundo recibe los mensajes, casi siempre improvisados y en lenguaje sencillo y directo, que el Papa Francisco va dejando en cada una de sus apariciones públicas. Son frases simples pero contundentes, contrarias muchas veces al lenguaje aceptable, a lo políticamente correcto, que ha teñido buena parte del discurso público y mediático. Un recorrido por algunas de las afirmaciones del Papa argentino que han impactado al mundo...
La Iglesia no es una
ONG piadosa
“Podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a
Jesucristo, nos convertiremos en una ONG humanitaria, pero no en Iglesia,
Esposa del Señor. La Iglesia no es una organización nacida de un acuerdo entre
personas, sino la obra de Dios”
Una Iglesia pobre
para los pobres
“San Francisco de Asís es el hombre que nos da este
espíritu de paz, el hombre pobre… Ah, ¡cómo quisiera una Iglesia pobre y para
los pobres! La pobreza se aprende con los humildes, los enfermos y con todos
aquellos que están en las periferias existenciales de la vida. La pobreza
teórica no nos sirve. La pobreza se aprende tocando la carne de Cristo pobre en
los humildes, los pobres, los enfermos y los niños”.
El que no reza al
Señor, reza al diablo
“Cuando no confesamos
a Jesucristo me viene a la mente la frase de Léon
Bloy: ‘El que no reza al Señor, reza al diablo’. Cuando no confesamos
a Jesucristo, confesamos la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio”.
Que la Iglesia salga
de las sacristías y los cristianos se vuelvan unos a otros
“Seguir,
acompañar a Cristo, permanecer con Él exige salir. Salir de sí, de la tentación
de encerrarse en los propios esquemas que acaban por cerrar el horizonte de la
acción creativa de Dios. (…) Debemos movernos hacia nuestros hermanos y
hermanas, y sobre todo hacia los que están más lejos, los que son olvidados,
los que necesitan comprensión, consuelo, ayuda”
Dios nunca se cansa
de perdonar
“El
Señor no se cansa nunca de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros quienes nos
cansamos de pedirle perdón. Y pedimos la gracia de no cansarnos de pedir
perdón, porque Él no se cansa nunca de perdonar”.
Por un Papa de
servicio, no de poder
“No
olvidemos que el verdadero poder es el servicio y que el Papa para ejercer el
poder también debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su cumbre
luminosa en la Cruz”
Pastores con olor a
oveja
“Hay
curas tristes, y convertidos en coleccionistas de antigüedades o de novedades,
en lugar de ser pastores con olor a oveja, en lugar de ser pastores en medio de
su rebaño y pescadores de hombre; eso les pido: sean pastores con olor a oveja”
No se puede anunciar
a Jesús con cara de funeral
“No sean nunca
hombres y mujeres tristes: ¡un cristiano no puede estarlo nunca! ¡No se dejen
ganar nunca por el desaliento! Quiero católicos felices. No se puede anunciar a Jesús con cara
de funeral”
Una Iglesia que cuide
la Creación
"Somos
guardianes de la Creación, del designio de Dios inscripto en la naturaleza,
guardianes del otro, del medioambiente. ¡La persona humana está en peligro: he
aquí la urgencia de la ecología humana!”
Desperdiciar
alimentos es robar
“En
muchas partes del mundo, no obstante el hambre y la desnutrición, se desechan
los alimentos. Cuando la comida se comparte de modo justo, nadie carece de lo
necesario. Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de
la mesa del pobre, del que tiene hambre”
Contra la cultura del
descarte
“El
egoísmo y la cultura del descarte han conducido a desechar a las personas más
débiles y necesitadas”
Contra la cultura del
bienestar
"No,
no, no más de un hijo, porque no podemos tomar vacaciones, no podemos ir a tal
sitio, no podemos comprar la casa’. Es bueno seguir al Señor, pero hasta cierto
punto. Esto es lo que hace el bienestar: nos lleva hacia abajo, nos quita el
coraje, aquel coraje fuerte para caminar cerca de Jesús”.
Contra la tiranía de
los mercados y el culto al dinero
“El
antiguo culto al becerro de oro ha encontrado una imagen nueva y despiadada en
el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía, que no tiene
rostro. Hoy no manda el hombre sino el dinero. ¡El dinero debe servir y no
gobernar!”
Respeto a los no creyentes
“Considerando
que muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica, y otros no son
creyentes, les doy de todo corazón esta bendición, en silencio, a cada uno de
ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que todos son
hijos de Dios. Que Dios los bendiga”. (A los periodistas acreditados en El
Vaticano)
Los ateos también son
salvos
“El
Señor nos ha salvado a todos con su sangre, no solamente los católicos. ‘Pero
Padre, ¿y los ateos?’ También ellos. ¡Todos! Esa sangre nos hace hijos de Dios
de primera categoría. ‘Pero yo no creo, padre, ¡soy ateo!’ ¡Pero haces el bien
y allí nos encontramos! Todos tenemos el deber de hacer el bien”.
La Iglesia no es una
aduana
“Piensen
en una joven madre, que va a la Iglesia: ‘quiero bautizar a mi niño’. Y le
dicen: ‘No, no puedes porque no estás casada’. Esta joven, que tuvo el coraje
de llevar adelante su embarazo y no devolvió su hijo al remitente, ¿qué
encuentra? ¡Una puerta cerrada! ¡Esto aleja del Señor! Jesús se indigna cuando
ve estas cosas. A menudo nos comportamos como controladores de fe y no como
facilitadores. La Iglesia no es una aduana. Pidamos al Señor que todos aquellos
que se acerquen a la Iglesia encuentren las puertas abiertas”.
Una Iglesia libre de
ideologías
"Los
ideólogos falsifican el Evangelio. Cualquier interpretación ideológica, venga
de una parte o de otra, es una falsificación del Evangelio. Estos ideólogos -y
lo hemos visto en la historia de la Iglesia- acaban por convertirse en
intelectuales sin talento, éticos sin bondad. Y de belleza, ni hablemos, ya que
no entienden nada".
Jesús, única puerta
“Jesús
es la única puerta para entrar en el Reino de Dios; todos los otros senderos
son engañosos, no son verdaderos, son falsos. […] La identidad cristiana es una
pertenencia a la Iglesia… porque no es posible encontrar a Jesús fuera de la
Iglesia”.
Que las monjas no
sean “solteronas”
“La
castidad es un carisma que amplía la libertad de la entrega a Dios y a los
demás con la ternura, la misericordia y la cercanía de Cristo (…). Pero, por
favor, una castidad fecunda, una castidad que genera hijos espirituales en la
Iglesia. La consagrada es madre, tiene que ser madre y no solterona. Perdónenme
si hablo así, pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta
fecundidad”.
La oración no es
aburrida, la eternidad tampoco
“La
oración que nos aburre está dentro de nosotros mismos como un pensamiento que
va y viene; la oración en nombre de Jesús nos hace salir de nosotros mismos.
[…] La eternidad será esto: alabar a Dios. Pero no será aburrido, será
bellísimo”.
La confesión no es
una sesión de tortura ni una lavandería
“Jesús,
en el confesionario, no es un producto de limpieza en seco. La posibilidad de
avergonzarse es una verdadera virtud cristiana, e incluso humana. Bendita
vergüenza (…). Así es como llegamos a ser conscientes del mal realizado (…) ¿Y
si mañana hago lo mismo? Ir de nuevo.... Él siempre nos espera. El
confesionario no es una sesión de tortura, sino el lugar donde Dios nos invita
a experimentar Su ternura”.
Dios no es un aerosol
Dios
es una persona concreta, no un Dios difuso, un Dios spray, que está un poco por
doquier, pero no se sabe qué es”.
La Iglesia no es una
niñera
“Si
anunciamos el cambio la Iglesia se convierte en una Iglesia madre que genera
hijos, para que nosotros, hijos de la Iglesia, llevemos (el Espíritu Santo).
Pero cuando no lo hacemos, la Iglesia se convierte no en madre, sino en Iglesia
baby-sitter, que cuida al niño para hacerlo dormir. Es una Iglesia
adormecida".
Pecadores sí,
corruptos no
“El
problema no es ser pecadores, sino no arrepentirse del pecado, no tener
vergüenza de lo que hemos hecho. Pese a que Pedro era pecador, Jesús mantuvo su
promesa de edificar sobre él su Iglesia. Pedro era pecador, pero no corrupto.
Pecadores, sí, todos: corruptos, no”.
Que los cristianos
trabajen en política
“Los
cristianos no podemos lavarnos las manos, debemos meternos en política porque
la política es una de las formas más altas de la caridad ya que busca el bien
común. Los cristianos deben trabajar en política. La política es sucia, se
dice. Pero ¿por qué? ¿Será porque los cristianos no se han metido en política
con espíritu evangélico?”
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