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En la ciudad de
Colonia en Alemania, se guardan los restos de los legendarios Reyes Magos…
Gaspar, Melchor y Baltasar, que cada 6 de enero hace que millones de niños
esperan los regalos de los Reyes Magos. La tradición de los regalos se
remonta a la visita que hicieron al Niño Jesús en Belén para adorarlo y
brindarle… incienso, oro y mirra. De ahí los cristianos hispanos adoptaron la
costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de los dones que
recibió Jesús de los Reyes Magos
De oro puro y de plata dorada es la urna con las reliquias de los Tres Reyes magos, a los que se venera como patrones de Colonia, Alemania. Tiene más de 700 años.
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¿Cómo llegaron
sus restos a Colonia?
En 1164, el emperador
alemán Federico Barbarroja regaló a la ciudad de Colonia las reliquias de los
Reyes Magos, las mismas que fueron trasladadas desde la Tierra Santa a Milán, y
desde ahí a Colonia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia para ver
el rico tesoro de los legendarios Reyes Magos. Así, en 1248 inició la
construcción de una catedral que estaría a la altura de tal tesoro, la de
Colonia. Hoy, dicha catedral es uno de los monumentos góticos más impresionantes
de Europa cuya construcción duró más de 600 años.
Fue largo el camino que recorrieron las reliquias antes de llegar a su actual
hogar. Todo inició en el año 300 de nuestra era cuando la emperatriz Elena
—madre del emperador romano Constantino— se dedicó a rescatar reliquias
religiosas. Aunque no se sabe cómo, en Saba localizó los cadáveres de los Reyes
Magos y ordenó su traslado a Constantinopla —la actual Estambul— donde
permanecieron durante tres siglos en una capilla ortodoxa. Después, las reliquias
fueron trasladadas a Milán para dar prestigio a dicha ciudad. Pero fue Federico
Barbarroja quien, en sus guerras de conquista, y se llevó consigo las reliquias
a Colonia en un accidentado viaje. Miles de peregrinos
empezaron a llegar a Colonia para ver el rico tesoro de los Reyes Magos…
Un detalle particular y
muy original es que, la torre no está rematada por una cruz, sino por una
estrella. Los peregrinos, como los
turistas en la actualidad, se asombraban al ver las dimensiones y los fastuosos
decorados de la iglesia.
Y es que sus torres se
elevan 157 metros por encima de la ciudad, sus puertas de bronce son colosales,
y su longitud es de 144 metros por 45 de ancho y 43 de altura, lo que la coloca
entre las 10 iglesias más grandes del planeta.
Además de todos los datos
arquitectónicos colosales de la catedral, el Tesoro de los Reyes Magos es
igualmente importante. Está situado detrás del altar mayor y es una pieza de
orfebrería medieval en oro macizo finamente decorada con personajes bíblicos.
Contiene los restos y reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos.
El relicario en forma de basílica tiene proporciones gigantescas para esta clase de urnas: dos metros 20 centímetros de longitud de oro y plata macizos, esmaltes y joyas de incalculable valor.
El relicario en forma de basílica tiene proporciones gigantescas para esta clase de urnas: dos metros 20 centímetros de longitud de oro y plata macizos, esmaltes y joyas de incalculable valor.
El relicario fue
realizado por el mejor artista francés de la época, Nicolás Verdún, y los
maestros orfebres de Colonia la terminaron hace 800 años. Dentro del relicario
reposan los cráneos de Melchor, Gaspar y Baltasar, en tres cajas forradas de
terciopelo y brocado. Cada hueso está envuelto en la seda más fina y se
considera que es el sarcófago más grande del mundo, domina toda la catedral.
Su peso es de 350 kilos
de oro, plata y vermeil —una mezcla de metales preciosos—, incrustaciones con
piedras preciosas, esmaltes y figuras de marfil ricamente adornadas que
representan a la Virgen María, a los Reyes Magos y a los profetas. Por estas
reliquias, Colonia se ha convertido, junto con Roma y Compostela, en uno de los
grandes centros cristianos de peregrinación.
En la Capilla de los Tres
Reyes, frente al Tesoro, hay un maravilloso vitral, el célebre retablo de “La
adoración de los Reyes”, de Dombild, y una serie de alegorías relativas al
momento en que los Reyes Magos arriban a Belén a ofrecer sus presentes al
recién nacido Niño Jesús.
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