La troja (o trojes) era una
estructura circular de unos 10 metros de diámetro y otros diez de alto,
fabricada con cañas de Guinea o con cañas y chala de plantas de maíz; donde se
podían mantener estacionados durante un tiempo las espigas recolectadas. Para
hacerla se marcaba el círculo (generalmente perduraba el del año anterior) y
bien cercano al mismo se plantaba firmemente el "palo mayor" que
medía entre 12 y 14 metros de altura y llevaba una roldana en su extremo
superior...
Luego se hacían las paredes
circulares de la troja clavando bien, una al lado de la otra, las cañas o las
plantas de maíz recogidas del campo que se reforzaban por fuera con anillos de
alambre que llamaban "las riendas" y que tenían la medida de la
circunferencia de la troja. Estaban hechas con argollas y ganchos para ser
desarmadas fácilmente y guardadas para el próximo año, aunque también había
quienes las armaban con alambre y torniquetes, con unos 5 centímetros de
separación. A medida que la troja se iba llenando y aumentaba en altura, se
iban agregando también más cañas o plantas de maíz y riendas para que las
paredes se elevaran en concordancia...
La llamada caña de Guinea
(conocida como cañaveral) era muy usada porque su medida es de casi cuatro
metros, lo que facilitaba el armado de la troja. Aún hoy, en las pocas taperas
que sobreviven, producto de la profundización de la política de despoblación y
sojización de los campos, en favor del hacinamiento y la pauperización de la población
en los grandes centros urbanos, se pueden encontrar sectores donde crecen estas
cañas que eran destinadas a variadas aplicaciones, entre ellas la construcción
de trojas...
Las espigas no se colocaban
directamente sobre el piso de la troja, sino que previamente éste era cubierto
con una capa de chala de unos 50 centímetros de espesor para evitar que las que
quedaban en el fondo comenzaran a brotarse por el contacto con la humedad del
suelo…
El palo mayor se mantenía
bien erecto, "a plomo", y firme merced a unos gruesos cables de
alambre trenzado que bajaban, bien tensos, desde el extremo superior hasta
cuatro postes apuntalados a su alrededor, a unos 35 metros de distancia. Con
esta estructura se armaba el mecanismo de carga de la troja, una especie de
funicular cuyo riel era un grueso cable tendido desde la punta del palo mayor
hasta una estaca clavada en la tierra…
El transportador de las espigas
era un recipiente conocido como "el carrito" que tenía dos roldanas
en la parte superior y una compuerta en la parte inferior con una argolla para
atar una soga. El carrito se colocaba colgando de sus dos roldanas sobre el
cable-riel de manera que circulara fácilmente sobre él y se le ataba de frente,
mirando al palo mayor, una soga de unos 40 metros de longitud cuyo extremo,
después de pasar por la alta roldana del palo mayor, se ataba a la cincha de un
caballo. Los peones cargaban las espigas en el carrito y el jinete, desde la otra
punta, comenzaba a avanzar haciendo subir el carrito hasta estar bien sobre el
centro de la troja…
Al llegar allí un mecanismo
constituido por otra soga hacía que ésta se tensara y que se abriera la
compuerta del carrito, descargando el maíz en la troja. Luego, jinete y caballo
retrocedían, el carrito bajaba mientras el mecanismo de la segunda soga cerraba
la compuerta. El carrito quedaba al pie de la chata rastrojera para repetir
esta labor una y otra vez hasta terminar con las cargas que llegaban en las
chatas...
Si la cosecha había sido
muy rendidora y la troja no alcanzaba para todas las espigas recolectadas, se
marcaba una nueva y se trasladaban a ésta los mecanismos utilizados en la
anterior…
Terminada esta tarea las trojas quedaban al aguardo de la desgranadora, una máquina que se situaba cerca de las mismas. Se realizaba una abertura en la base se la troja, sin cortar los alambres y se le arrimaba la noria, un mecanismo con una cinta sin fin que arrastraba los choclos hasta la máquina…
No hay comentarios:
Publicar un comentario