Municipalidad de Coronel Suarez

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jueves, 9 de mayo de 2013

A Ela y Pancho, compartiendo el dolor por el fallecimiento de Gastón...



El dolor es tan grande, tan difícil de llevar, tan complicado de compartir. El dolor de cada uno es único. Nadie te lo va a quitar. Y cada uno lo va a manifestar de forma distinta. Por eso es tan importante, respetar al otro en sus manifestaciones y acciones, e intentar compartir, como hasta entonces se ha hecho con el resto de cosas que unen y separan a una pareja pero que se van superando día a día. La pérdida de un hijo es un golpe mortal para los progenitores, por igual en el hombre que en la mujer, pero cada uno lo manifiesta de forma diferente.
La rabia, el odio, la pena, la angustia, la tristeza, la desesperación, son sentimientos humanos, perfectamente reconocibles y sentidos por todos los que han sufrido la pérdida de un hijo, y cada uno los irá sintiendo, manifestando o actuando sobre ellos de forma muy distinta. Y la depresión, como consecuencia, es comprensible y fácil de implantarse, pero siempre habrá una parte de la pareja que intentará salir de ella y ayudar a la otra. Esto no quiere decir que ese otro sienta el dolor de forma menor y por eso se sobrevenga, se sobreponga, que quería menos a la persona perdida. Creo que es solo un mecanismo de defensa de la vida, de la especie, porque la vida está llena de engaños para que no se acabe, para que perdure.
¿Es bueno o malo? ¿Tiene que ser así? Pues nada es blanco o negro. Los cimientos más sólidos en cuanto a pensamiento, creencias, sentimientos, se viene abajo, se cambian, se pierden o se encuentran después de una tragedia como la que nos ha ocurrido.
 Existen en todas las facetas de la vida, mal que nos pese. Y, por supuesto, no iba a ser distinto ante la muerte y el dolor. Cada uno tiene que respetar el dolor del otro, por mucho que el dolor del otro le produzca más dolor a la otra parte. Porque muchas veces ese es el problema:  Pues, la excusa de la muerte está sirviendo para mostrar como sufre cada miembro de una familia, como lo expresa y los problemas que conlleva la pérdida de un hijo en una pareja.
Cada uno necesita un tiempo para hacer su duelo y nadie puede decir cuánto tiempo es el necesario. Cada uno se agarrará a una forma distinta de sobrevivir. Cada uno sentirá su dolor de forma distinta, porque el dolor, como todo en este mundo, tiene diversas caras. Pero nadie puede decirle a otro cuando se ha terminado el dolor, como antiguamente se les decía a los niños: se acabó de llorar, no llores. O los niños no lloran.
El dolor compartido no es menor pero es más llevadero, fue una frase que se me ocurrió porque es lo que creo y pienso. Y ese es el mensaje que envío a Ela y Pancho. Quizás sea el momento para renovar vuestro amor. Amor a la vida. El amor que les dejó tu hijo.
Despertar con la luz de la mañana y renovar otro día mas la fuerza para amar, en tiempos revueltos. Descubrir sin quererlo así lo frágil que es vivir decidiendo a cada paso un porvenir de futuro incierto. No es sencillo avanzar olvidando lo vivido cuando tanto se ha dado por perdido y el camino es volver a comenzar. Le canto al viento por todo el que venció su desaliento le canto al mar por todo aquel que tuvo que olvidar para empezar...

Que tus futuras alegrías no maten mi recuerdo........... pero que mi recuerdo no mate tampoco tus futuras alegrías. (Gastón)

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